Pàgines

dilluns, 3 de març del 2014

EL CORRECTIVO

Escribir en el blog es algo que me gusta mucho, porque me permite poder compartir con vosotros todos mis pasos y experiencias de mi sumisión, pero esta vez voy hablar sobre un tema que no me enorgullece especialmente.

Por suerte la mía, no son muchas las veces que recibo un correctivo, pero cuando los recibos son bien merecidos. Y ayer recibí uno de ellos.
Estábamos hablando con mi Amo de una nueva tarea, y fue mi indecisión la que provoco que debiera ser corregida con un severo correctivo. Este consistió con 15 azotes con el gato de colas en el sexo sin pausa entre ellos. Fueron 15 azotes fuertes y muy doloroso pero este correctivo me ayudara a intentar que no vuelva a ocurrir, y digo intentar, porque si dijera que mis dudas ante una tarea de si seré capaz o no de realizarla no volverán a aparecer, seguramente engañaría a mi Amo y a todos vosotros.
Así que muy enfadada conmigo misma por haber metido la pata y pasarme un poquito de lista y enfadad un poquito con mi Amo por haberme castigo, porque no terminaba de entender porque había sido castigada, fui a realizar el castigo. A mi entender yo solo estaba dando la opinión y contándole como me sentía con la tarea que me proponía, no lo estaba diciendo para salvarme de ella ni mucho menos, pero después del castigo, mi Amo me hizo ver dónde falle especialmente, y fue cundo dije: si ahora mismo pudiera elegir entre ser castigada y realizar la tarea, elegiría ser castigada.

Porque tal y como me dijo después, eso es dudar mucho de mi, de mi confianza conmigo misma y eso es algo que él no quiere de mi.

Sí, viví muy mal el correctivo, como todos los pocos que recibo. Porque, como ya he dicho, son pocos, pero cuando recibo alguno es bastante severo. Y aunque entiendo que los castigos, correctivos, son favorables para seguir avanzando y los acepto sin rechistar. Cuando soy castigada o corregida, me frustro, me siento mal por fallar a mi Amo y me enfado mucho conmigo misma y eso provoca que le este dando vueltas al tema bastante rato y que me imagine conversaciones para intentar suavizar la situación una vez castigada. Por mucho que intente no pensar en ello, es algo que no puedo evitar, porque aunque esto esta relacionada con mi lado sumiso, no lo puedo apartar como si no me hubiera afectado personalmente, porque no es así. Los castigos me afectan y mucho, es algo que debo de seguir trabajando, y aunque cada vez me afectan menos y soy capaz de dejar de pensar en ellos más temprano que antes, aún no soy capaz de pasar pagina una vez castigada. Y creo que debe seguir así, porque si llegase el día en que, ni los castigos ni los correctivos, me afectasen, ese día habré dejado de ser persona.   

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.