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diumenge, 28 de desembre del 2014

FELICES FIESTAS

Últimamente estoy un poco ausente, pero durante unos días voy a a estar con mi Amo, así que os prometo traeros noticias frescas y nuevas, porque ya hay unas cuantas. Pero hasta entonces...

FELICES FIESTAS
Y


dijous, 27 de novembre del 2014

NUEVAS EXPERIENCIAS 2

IMAGINANDO

Fue un largo trayecto de vuelta. La intensión era descansar un poco. Un descanso merecido después de la mañana tan intensa que vivimos en medio de la naturaleza.  Pero el descanso se convirtió en una larga conversación sobre un relato que tengo pendiente aún de escribir. ¿Por qué? Pues porque me siento bloqueada.
Llegamos al hotel, y automáticamente me despojo de mi ropa. No hace falta que me digas nada, sé cuál es mi estado natural en cuanto estamos solos. Simplemente desnuda, siempre disponible para ti Amo. Echados en la cama empezamos hablar y me ordenaste que te contara lo que ya había escrito. Mientras hablo, tú, me acariciabas, me torturabas y jugabas con las tetas que te pertenecen y tengo el lujo de pasear de un lugar a otro. La tensión iba subiendo y cada vez me costaba más hablar. Pero había un pacto no hablado y no escrito.
Si yo me callaba, tus manos dejaban de usar las tetas. Así que intentaba seguir el hilo de la conversación, sentir y vivir tus caricias y no dejar de hablar. El ambiente se fue caldeando, deseaba mucho más y fuimos llegando al punto estancado del relato. Así que mientras usas lo que te pertenece, me pides que imagine, pero no me sale nada. Y con voz juguetona te pregunto: “¿ Amo me ayudas a imaginar?” Aceptas encantado y  me ayudas a imaginar. Poco a poco la imaginación la ponemos en práctica. Tú eres el botones del hotel que entra a usarme. Fue una sesión intensa, donde la protagonista, fue la penetración anal.

Aunque esta zona ha sido trabajada durante todo el tiempo que hemos estado separados, sigue un poco sensible. Me usaste como una buena puta se merece. La primera penetración fue dolorosa, muy dolorosa. De repente me invadió un enorme dolor y yo me tensaba. Con ella el dolor crecía y empezaba a bloquearme. Pero como el Amo que me conoces, empezaste a acariciarme, a relajarme con dulces palabras y a calmarme. De esta forma poco a poco, la tensión fue desapareciendo, me fui relajando y fui capaz de convertir parte de ese dolor en placer, dando lugar así al primer orgasmo de la tarde. Pero nuestra fantasía no había terminado, y yo no te había dado todo mi placer. Ya más relajada volviste al ataque. Esta vez con un poco más de fuerza, con más profundidad. Me estaba volviendo loca, al sentirte tan dentro de mí sin dolor incensario, solo aquel que nos hace disfrutar, que hace que salga la puta que hay en mí y desee más. En esta ocasión, el placer iba ganando territorio al dolor. Explote. Con mucha más intensidad. Una intensidad que te deja con la respiración agitada, sin casi fuerzas, que aunque deseas descansar para reponer fuerzas y poder seguir si tu Amo lo desea, a la vez no quieres parar por miedo a que él decida que ya ha tenido suficiente. Se me cerraban los ojos, pero tus manos me indicaban que aun no habíamos terminado.

Esta tercera vez, el dolor insufrible del principio ya era un mero recuerdo, ya no estaba, ya no lo sentía. Ya no era aquel dolor, al cual casi hizo que dijera por primera vez, un par de corazón. En esta ocasión el dolor no era causado por la penetración, era causado controladamente por tus manos, provocando la mezcla de dolor y placer que provocan mis movimientos difíciles de auto controlar, gozando y relajada buscaba más profundidad. Hasta que volví a explotar, dejando salir el placer de mi interior junto con lágrimas a chorros. Descargando de esta manera, no todo el placer, sino también toda la tensión vivida durante la sesión. Llegando al punto chof, que digo yo. Aquel momento en que lo has entregado todo y necesitas el abrazo fuerte de tu Amo que te ayude a relajarte y a volver en ti. Momento acompañado por tus palabras que tanto me gustan escuchar. “Así perrita, sácalo todo. Me gustan tus lágrimas. Vacíate del todo.” Poco a poco voy relajándome, recuperando la respiración e interiorizando todo lo vivido.
Una sesión no buscada ni provocada. Simplemente dándose la ocasión. Una sesión con un principio intenso y un final mimoso. Con el recuerdo del fuerte dolor inicial que se fue convirtiendo y desapareciendo al final. Y ahora, pasado unos días, tengo la sensación de que mi mente quedo nublada por ese dolor, y me siento incapaz de recordar si hubo algo más. ¿Azotes? ¿Penetración vaginal? Sea lo que sea, sé que no está bien que tenga esta parte en blanco, lo que sí sé es que me entregue y me deje llevar como siempre. Pensando en ti en todo momento, y en tu satisfacción. Y sobre todo, saber que estas orgulloso de mi. Ya que este es mi objetivo. Y cuando no es así siento que te he fallado y busco la manera para que esto no vuelva a suceder.

Así, que en ese momento solo puede decirte, una vez más…gracias Amo, muchísimas gracias por darme el premio a entregarme a ti con todas mis fuerzas y desde lo más profundo de mi ser.

continuara. 

NUEVAS EXPERIENCIAS 1

Llevo algunos días, por no decir meses, sin dar señales de vida. No, no ha pasado nada. No ha cambiado nada, simplemente el verano termino, volví a la vida laboral y se termino el tiempo libre para dedicarme al blog. Pero ya estoy aquí y con noticias relativamente frescas.
Hace un tiempo puede volver a compartir unos días con mi Amo. Uno al lado del otro, viéndolo, sintiéndolo, entregándome a él para su gusto y placer. Al principio parecía un sueño, después de tanto tiempo,  separados el uno del otro. Pero ese sueño al final se hizo realidad. Así que durante una semana vivimos los días más intensos de nuestras vidas. Entre excursión y excursión hubo distintas sesiones, unas más intensas, siempre según mi punto de vista, que otras. Así que voy a intentar explicar aquellas que fueron más significativas, aunque todas lo fueron. Desde la sesión de bienvenida a la de despedida.

RODEADOS DE NATURALEZA

Nos levantamos temprano y nos dirigimos a la visita de un lago. Tan punto pusimos los pies en el suelo bajando del coche, sentí la voz profunda de mi Amo detrás de mí, aquella voz que me activa y me avisa que estamos en sesión, dónde debe salir la sumisa que llevo dentro y esconder mi lado rebelde. Hoy te azotare en medio del bosque, agarrada a un árbol.” Sentir la frase me puso en alerta. Durante la excursión de ida, estuve pendiente de ti en todo momento, esperando que llegara el momento, pero las horas iban transcurriendo y la palabra clave no llegaba. La tensión iba subiendo, no podía dejar de pensar: ¿Cuándo sucederá? ¿Sera ahora que nos hemos parado? Pero no. Así que poco a poco me fui olvidando y relajando, empezaba a disfrutar del paisaje hasta empecé a pensar que te habías olvidado.
Empezamos el camino de vuelta y no ha sucedido nada, nos cruzamos a dos excursionistas más, verlos me pone nerviosa y me vuelve a pasar por la cabeza la información que me has dado. ¿Lo hará ahora? No, por favor, los excursionistas pueden dar la vuelta y vernos u oírnos. No, no lo hará. Me dijo para convencerme que se ha olvidado del todo. Por un lado siento alivio, por otro me siento un poco decepcionada. Mezcla de sensaciones. Un poco de frustración y un poco de enfado. ¿Por qué diablos me ha dicho esto, si no pensaba hacerlo? Solo puedo encontrar una respuesta. Quería tenerme en tensión y pendiente de él.
De repente, cuando sigo un poco frustrada por desear sentir tus manos encima del cuerpo que te pertenece y como si me hubieras leído la mente, llega la frase: “En posición. Bájate los pantalones, agárrate a este árbol, voy a azotarte.” Se me dibuja una sonrisa de felicidad, una sonrisa picara, y se me escapa un suspiro de alivio. ¿Lo habrá escuchado? No lo sé y no importa. Sin dudarlo me dirijo al árbol, me bajo los pantalones y me pongo en posición. ¿Con que me azotara? Se me pasa por la cabeza que puede que coja una rama de árbol, siento un poco de miedo, es una sensación desconocida. Después pienso que lo hará con las manos, o puede que con el cinturón. Estoy concentrada en estos pensamientos y no estoy atenta con sus movimientos. Anhelo sus manos, anhelo su cinturón, lo anhelo todo de él. Han entrado en acción los nervios, la falta de control, la posibilidad que aparezca alguien. Pero aparto todas estas pequeñas dudas y me concentro en mi labor.
Con los pantalones bajados, siento como el aire fresco va enfriando mucho más la zona, de repente escucho como te desabrochas el cinturón y todas mis incógnitas desparecen. Estoy tranquila, los azotes con el cinturón los controlo cada vez mejor. Pero no contaba con el frio. Oh dios, fueron seis azotes, pero fueron los seis azotes más dolorosos, procesados y vividos en todo este tiempo, sin tener en cuenta los primeros. No lo puede evitar, y las lágrimas empezaron a salir. Dolor, placer. Quiero que pare pero a la vez que siga. Siento la zona caliente, y seguro que esta con el color que tanto nos gusta. Los azotes han parado, necesito mi tiempo para cubrirme. El aire frío relaja un poco la zona y sé que el roce directo de los pantalones me recordara lo vivido y a la vez será doloroso también. Así que, aunque tengo ganas de vestirme para sentirme tranquila a si viene alguien, alargo un poco el momento para retrasar el momento de sentir el pantalón directamente sobre el culo.
Sin tiempo a reaccionar mucho, deseando unas manos frías y suaves masajeando la zona, llega una nueva orden “bájate los pantalones y dame un orgasmo con doble penetración” Empiezo a llevar a cabo la orden, estoy tensa y no me dejo ir. Mi Amo lo nota y me hace repetir la tarea, hasta que logra que me centre con mi obligación. Así que me dejo ir y le entrego a mi Amo un doble orgasmo de cine.
Ha sido una nueva experiencia, en medio del bosque. Por mi cabeza pasan varios pensamientos. Buenos y menos buenos. Necesito mi tiempo para procesarlo y espero que no vengan las preguntas de rigor. Me gusta que se interese para saber cómo lo he vivido, pero a veces necesito que pase un tiempo y porque a veces, tengo un poco de miedo de decir algo que no toque o no te guste. Sé que es importante la comunicación, pero a veces no sé si hablo más de lo debido. Pero la pregunta no tarda en llegar. No sé cómo empezar, me siento vergonzosa. “Venga, va. Dime. ¿Cómo lo has vivido?” Empiezo a hablar, poco a poco voy relajándome y voy sincerándome con seguridad, lloro un poco y veo que todo está bien. Que estas orgulloso de mí. Que no te he decepcionado. En definitiva fue una sesión intensa, distinta llena de tensiones, relajaciones, buen ambiente y espectadores de lujo. Tu, Amo, y todos los arboles y pájaros de nuestro alrededor. Así que gracias por este momento.
Ya estoy deseando que llegue otra oportunidad como esa para seguir experimentando e interiorizado esa nueva experiencia.


dimarts, 12 d’agost del 2014

DOLOR Y PLACER, PLACER DEL DOLOR

Es bien sabido, para los que estamos en este mundo, los que practicamos el bdsm y los que no, que el dolor lleva al placer y que el placer lleva al dolor.
Unos lo practicamos más intensamente y los otros más ocasional. Unos el dolor forma parte de nuestro placer y para los otros es un cachete ocasional.

Pero la verdad, sea como sea, lo practiques como lo practiques, es que somos capaces de transformar el dolor en placer. Somos capaces de disfrutar del placer del dolor, siempre y cuando sea controlado, seguro y consensuado. 

Hace unos días estaba tan tranquila sentada en el sillón de mi casa, mirando la tele, o mejor dicho viendo, porque últimamente no es que den muchas cosas interesantes. Cuando de repente sonó el móvil, en un primer momento pensé que era mi Amo deseándome buenas noches, pero me equivoque. Tenía ganas de jugar, y porque negarlo, yo también.
El mensaje decía: ve a buscar una pinza. Leer pinza ya me pone de los nervios, por si no lo recordáis, no somos muy buenas amigas, las pocas experiencias vividas con ellas son malas. Pero como todo, lo tengo que ir superando, hacer terapia de schock. Aunque no hace falta correr.

Como una buena sumisa, con cara de “pomes agres” que decimos en mi casa, fui a buscar la pinza. Alargue un poco más de lo debido la búsqueda, ¿por qué? Pues buena pregunta, porque no tiene sentido, ya podía tardar cinco segundos o cinco minutos que la sesión se llevaría a cabo. Una vez con la pinza en mano, solo tuve que seguir las instrucciones de mi Amo:
  1. Abre las piernas, abre tu sexo y llénalo de saliva y déjalo abierto para que sientas el frescor y tu clítoris descapuche plenamente.
  2. Cuando este expuesto, ponle una pinza y aguántala todo lo que te sea posible.
  3. Con la pinza puesta acaricia y masajea bien a fondo las tetas, para que baje tu atención al dolor.
  4. Seguirás así un rato corto y luego te penetraras con dos dedos hasta correrte con la pinza puesta.
Sin dudar, entregada a tope, empecé a seguir las instrucciones que mi Amo me había mandado. Por mi mente se cruzaban las palabras: dificultad, doloroso. Pero no las deje ganar, cerré los ojos, disfrute de la primera parte de la sesión y con ella me relaje. Cuando me releje y note que el clítoris estaba bien descapuchado, coloque la pinza. Muy despacio y con cuidado la deje presionando la zona. Pero ante de empezar a masajear las tetas, quise sentir. Darme cuenta de si la pinza apretaba mucho o no. Efectivamente apretaba y bastante, así que empecé a acariciarme los pechos. Masajear esta zona ayudaba, y mucho, a no sentir la presión de la pinza. El placer iba subiendo, al igual que la presión de la pinza. Cuando la excitación ya estaba al límite, pedí permiso a mi Amo para penetrarme. Penetraciones fuertes y profundas, aquello era una locura, no lo podría controlar más y…

Casi sin respiración, llego otro mensaje: Sin descanso, quítate la pinza y quiero una doble penetración.
Madre mía, al quitar la pinza dolía mucho más que con la pinza, pero este dolor se transformó en placer en cuanto hubo la doble penetración. Movimientos profundos e intensos. Movimientos al unisón, los orgasmos subían, pero no sabía cuál iba a explotar primero, solo sé que al final se mezclaron formando un orgasmo final de película. De aquellos que te dejan sin respiración, que cierras los ojos con una sonrisilla en la cara, recordando lo vivido, relajándote para acto seguido ser más consiente de la gran sesión vivida.

Una vez más, me demostraste que soy capaz de eso  y mucho más, hacía tiempo que no implicábamos las pinzas en nuestras sesiones o tareas, sé que poco a poco las tenemos que ir implicando más, pero, como siempre dices, en su debido tiempo.
Fue un momento único, fue una sesión explosiva, llena de dolor pero también de mucho placer. Una sesión en la cual el dolor fue el protagonista, ya que sin él, no hubiera sido capaz de entregarle a mi Amo, todo el placer que albergaba en el cuerpo. 

diumenge, 10 d’agost del 2014

MARCADA

Llegó el verano, si lo se hace un mes, aunque estoy segura que mucha gente se está quejando porque no hace el verano que les gustaría, aquel verano en el cual puedes ir a la playa, tomar el sol y dejar que este, bronce tu piel y deje las marcas del biquini.

Hay quienes les gusta lucir este tipo de marcas, mostrar a todo el mundo que esta bronceado, o mejor dicho, quemado. Se siente orgullosa y feliz por sus marcas blancas del sol, se siente feliz y más guapa. Otras preferimos lucir otro tipo de marcas, aquellas que ha dejado sobre tu piel, no el sol, sino una buena fusta, una buena pala o una buena mano. Son marcas que quedan escondidas bajo la ropa, pero nosotras sabemos que están. No son blancas, son de color, y no son del sol, son mucho más especiales, son marcas de dolor, de placer y de orgullo y satisfacción. Marcas que te recuerdan quien eres, que disfrutas mirándolas, acariciándolas. Marcas que te recuerdan la sesión vivida y todo lo sentido. Marcas que te hacen única y especial, no todo el mundo las puede lucir, al contrario que las marcas del sol, no eres la única chica que las lleva y las muestra. No eres única por llevarlas. Eres una más. O al menos, eso creo yo.
Así que yo, este verano he ido luciendo las marcas de mi Amo. Unas marcas bonitas dejadas por la pala, azotando fuerte y sin aflojar, el culo, que con orgullo te pertenece. Unas marcas realizadas por la pala que yo sostenía, pero aun así, eras tu quien me azotaba con fuerza. La sesión duro tres días, con un día de descanso, entre sesión y sesión.
La primera sesión fue la más intensa de todas. ¿Cuántos azotes recibí? Perdí la cuenta, lo que si se es que era intensos, intentando azotar la parte marcada, la primera sesión tocaba la parte de arriba, el objetivo era marcar toda la zona, para llevarla bien bonita durante unos días. Esta primera sesión, iba con la primera sesión de control del orgasmo, la realice antes de la última sesión con explosión final, y creo que fue esta tensión la que me hizo azotar con energía, sin traspasar la línea marcada por la pala, dando con fuerza a la zona deseada. Después, al mirarme al espejo no pude evitar sonreír y acariciar la zona. Sí fue doloroso, sí dolía, pero sentir mi mano fría sobre la zona caliente la relajaba y aumentaba el placer que había sentido.

Al cabo de un día, llegó la segunda sesión, ahora tocaba azotar la parte del medio. Realizar esta no fue tan fácil como la primera, aunque la zona había descansado un día, la sentía sensible, cada azote la sensación se multiplicaba por dos y tenía la sensación que esta vez no resistiría tanto como la primera. Pero hice de tripas corazón, cerré los ojos y te vi sosteniendo la pala. Te vi azotando con ganas, no con la intención de dañar, sino con la clara intensión de hacer del culo una parte aún más bonita. Y así, con esta idea, empezaste a azotar, uno tras otro, sin pausa, buscando, no solo el color de las marcas, sino también mi resistencia. Sacar las fuerzas no fue fácil, pero salieron y logramos el segundo objetivo de la tarea, dale color a la otra mida del culo.
Una vez más las mire, las acaricie y lloré. No eran lágrimas de dolor, eran lágrimas de felicidad, de orgullo y satisfacción. La zona estaba caliente, agradecía las caricias de mi mano fría. Sentarse era una bendición, ya que al cerrar los ojos por el intenso pinchazo que sentí al sentarme me traía hasta tu lado, hasta tus brazos y eso no se siente cada día.
Y llegó el último día, tuvimos que aplazar la sesión. No por falta de ganas, sino porque las marcas me dolían y mucho. Eran pequeños pinchazos, cualquier roce me hacían ver las estrellas. Necesitaba descansar un poco más y que el dolor se relajara, las cuide y las mime, con crema, con agua fría. Y cuando los pinchazos desaparecieron llegó la última sesión. Una sesión que volvió a dar color a las primeras marcas, una sesión que volvió a activar todas las terminaciones nerviosas que hay en aquella zona, una sesión que volvió a llevarme hasta ti, que volviera a sentirme orgullosa y andar presumiendo de las fantásticas marcas que llevaba debajo de la ropa, con contacto directo al pantalón o falda. Recordándome de quien soy, de lo que había vivido y deseando que aquellas marcas duraran al máximo posible. Porque aunque sean más bonitas que las marcas que deja el sol en nuestra piel, estas son menos duraderas. Unas marcas que cuide con especial cuidado, masajeando la zona con crema, masajeando con mirada orgullosa y de satisfacción.

 En definitiva, ser azotada y marcada me encanta, lo disfruto mucho y creo que eso hace que mi Amo lo disfrute aún más. No es negare que, siempre, el primer día al ver las marcas primero pienso ¡joder! Pero después, al mirarlas, este primer pensamiento cambia por un… ¡me gusta!  Que lastima que no duren para siempre en la piel, pero si que están siempre en mis recuerdos y pensamientos.

dimarts, 29 de juliol del 2014

CONTROL DE ORGASMOS

Comenzó como un juego, una conversación entre tu, Amo, y yo. La explicación de una conversación con otro Amo, que habías tenido sobre mí. A partir de esa conversación, llegaste la conclusión que teníamos que trabajar el control de orgasmos y apareció la tarea, una tarea que estoy llevando acabo des de hace cuatro semanas. Una tarea no muy difícil pero si complicada de llevar a cabo. La tarea consiste en cuatro sesiones de caricias, con el comodín de poder explotar solo en una, yo decido en cual. Por iniciativa propia decidí que seria siempre la ultima, a no ser que me fuera muy difícil resistir.

Comenzó como una conversación venal, pero cuando paso a realidad mi mente empezó a dar vueltas: será muy duro, no seré capaz, no podré con ello, espero que solo sea unos días,…

No me veía capaz de aguantar. No me veía capaz de gestionar el tiempo para hacer las cuatro sesiones. En un primer momento no me gusto mucho la idea, pero por otro lado me encantaba. Una vez más aparecía la sumisa contradictoria, si pero no.

La primera semana fue especialmente dura, las sesiones de caricias eran cada día, no era fácil ni encontrar los momentos ni resistir. El primer día estaba de un humor de perros, no lo estaba gestionando bien. El segundo el mal humor solo duro medio dia, poco a poco, fui gestionando la situación, aunque cada vez que frenaba el fantástico orgasmo que crecía, pensaba: joder, no quiero parar. Pero sabia que debía hacerlo, así que me mordía la lengua y…zas! Un fuerte azote para frenarlo.
Con el paso de los días, ya solo perdía el control en la tercera sesión, era en esta en la que muchas veces pensaba en usar el comodín, en tirar la toalla, el cuerpo pedía liberarse pero no tenia tu permiso.  Tenia que batallar entre el deseo y el permiso. Aquello era un tormento, una lucha contra el bien y el mal.
Por fin llego el final de semana, por un lado deseaba terminar de un vez por todas, aquello era una tortura, me dolía todo el cuerpo, el sexo, pero sobretodo el clítoris, necesitaba un descanso, no solo él, yo también. A medida que iban pasando los días, ya lo sobrellevaba mucho mejor, estaba muy contenta conmigo misma, los pensamientos ya no eran tan negativos hacia ti, sino de satisfacción y orgullo por ser capaz de aguantar y felicidad por ser capaz de controlar el cuerpo. Ya no me enfadaba, simplemente sonreía y pensaba la próxima vez será. Aún así deseaba y necesitaba un poco de calma.

 Pero llegó otro mensaje, en aquel instante maldije el inventor de los mensajes. Estaba contento de mis progresos, pero la tarea seguiría unos cuantos días más. Por dios… ¿otra semana más? ¿Cuatro sesiones, cada día? Imposible, el cuerpo no era capaz de resistir. Pero antes que te lo pudiera comunicar, llegó otro mensaje, esta vez, agradecí al inventor. Esta segunda semana, no seria cada día, sino que alternaríamos, un día sí y otro no. Bien, pensé. Podría descansar un poco.
Los dos primero días fueron geniales, el tercero también, pero el cuarto… ¡Ay! El cuarto, el deseo de acariciarme y liberar el cuerpo era mucho. Necesitaba tocarme, liberarme y entregarle a mi Amo aquel placer que estaba en mi interior luchando para salir. Era una bomba de placer andante, el deseo de descansar se giraba en mi contra.
Aquella segunda semana, sobrellevaba mucho mejor el no correrme cuando estaba a punto y deseosa, era una felicidad y un orgullo para mí ser capaz de aguantar, sin poner ninguna mala cara y sin pensar nada malo, simplemente sonreír de felicidad y esperar a que llegar el momento adecuado. Pero aquello era otra historia, desear y no poder. Pero como todo lo iría gestionando. Y con paciencia y con mucho mejor humor, lo fui gestionando hasta final de semana.
Ahora no penséis, que cada día me acarició y llego hasta al clímax, pero si que tengo una gran fabrica de placer en mi interior y cuando se enciende durante un largo periodo de tiempo la producción de orgasmos y de placer va en aumento. Soy capaz de estar algunos días sin acariciarme y sin correrme, pero alternar un día sí y un día no, fue mucho más difícil de lo que pensé, en un primer momento. Pero entre una cosa y la otra, llegó el final de semana, y sin darme cuenta había sido capaz de gestionar el control de orgasmos, el control de pensamientos malos, la aceptación de la negación del orgasmo y sobrevivir entre sesión de placer y día sin nada.
Aquello iba muy bien, y deseaba seguir mejorando. ¿Qué ocurriría? La incógnita se resolvió rápidamente. Era fin de semana, a punto de llegar al a tercera semana de julio, y volvió aparecer la sumisa contradictoria, deseando por un lado finalizar la tarea, y por otro seguir. ¿Que decidiría mi Amo? Fuese lo que fuese, seria adecuado y lo aceptaría como una buena sumisa, que soy, o al menos intento serlo.
Esta tercera semana, serian dos días sin tocarme y el tercero con cuatro sesiones de caricias. La tónica era la de siempre, pero esta vez solo dos veces durante al semana. Mi reacción me sorprendió a mi misma, al leer el mensaje, no se cruzó ningún pensamiento negativo, no maldije a nadie, solo acepte la orden y la tarea con orgullo y con la seguridad que seria capaz de realizarlo sin ningún problema. Y así fue, una semana con dos sesiones, pero dos sesiones muy intensas, llegando siempre al limite, como las anteriores semanas, pero esta vez más, buscando hasta donde soy capaz de resistir, sintiendo mi Amo más cerca, conmigo, a mi lado. 

Esta semana, aún seguimos, pero una vez cada tres días. Estoy tranquila, deseando que llegue el día en que me volveré a entregar a mi Amo, disfrutando de la tarea y del momento. Con aceptación, orgullo y felicidad, porque con paciencia y sin prisa todo se consigue.

Y no os negare, que aunque han sido necesarias, de momento, tres semanas, o cuatro, porque ya estamos en la cuarta, y lo llevo mucho mejor que el primer día, tengo miedo. Miedo a no hacerlo bien el día que este en vivo y en directo con mi Amo, con mi pareja, contigo. Sé que me ayudaras, sé que lo daré todo para hacerlo bien, pero el deseo, el placer, cuando estoy contigo se multiplica por cien. Y aunque tú tienes el poder de activarme y pararme, con una sola palabra o una sola caricia, tengo el miedo de, al menos, el primer día, no poder controlar el deseo. Sé que si eso ocurre, seré castigada, y como una sumisa que soy, aceptare el castigo con orgullo. Pero luchare con todas mis fuerzas para que este no llegue.
Si, sí, lo sé. Me estoy avanzado a los acontecimientos, aún no ha llegado el momento y ya pienso en si sale mal. Pero al igual que tengo este miedo, también tengo la seguridad de que cuando llegué el día, seré capaz de controlar y obedecer sin rechistar tus ordenes.
Así que una vez más…gracias por querer domarme, gracias por querer estar a mi lado…simplemente gracias… Te…

LA GRAN ESTRENA (III)

Tu voz suena enfadado, sé que te he fallado, sé que eso tendrá consecuencias y muy graves. No lo dudas, coges la cola de gato y empiezas a azotarme en la espalda, en el culo, por toda mi parte trasera.
¿Crees que disfruto con eso perrita? ¿Cuál era la norma? ¡No te podías correr con ningún de ellos, no de momento!

Lloro de dolor, de rabia. Siento que te he fallado. Pero a la vez me siento orgullosa por haber logrado aguantar a tres de ellos. Tu también lo estas, pero no puedes incumplir tu palabra. Pasado un buen rato paras, y unas manos pequeñas y suaves empiezan a acariciar la espalda herida y sensible. Son unas simples caricias que se mezclan con el dolor y eso me vuelve a activar. El cuerpo se mueve debajo del peso de la chica, ella intenta inmovilizarme, hace fuerza con sus piernas, pero no puede. Sus manos paran… Ahora empieza lo de verdad. Me susurra al oído, me estremezco.

Me volvéis a dar la vuelta. La misma voz me ordena ¡Abre la boca! Noto como dos personas más vienen a la cama. Con cuidado una polla grande entra en mi boca. ¡Chupala y con ganas! A la vez alguien empieza a jugar con el coño, no sé con que concentrarme. Me estoy volviendo loca. Y cuando me decido por centrarme en la polla, noto como algo caliente, gotas pequeñas van cayendo por el cuerpo, todos mis sentidos se activan, es cera. Gotas pequeñas y seguidas, por las tetas, la barriga, piernas,… no se deja ningún rincón del cuerpo. Lo va vistiendo poco a poco, como si fuera alguien pintando un cuadro. Estoy a tres bandos, centrada y procurando que disfrute a quien le como la polla, centrada y disfrutando de la chica que se esta dedicando a mi y gestionando el dolor de la cera. Es una gran mezcla de dolor, placer y tensión. No sé cuanto rato llevamos, solo deseo que no se acabe, que sigan disfrutando de mí. Voy notando como el Amo que esta en mi boca se le hincha, por mi mente se cruza que va a suceder lo que nunca hasta ahora ha sucedido, no sé si estoy lista, no sé como reaccionare. Pero en cuanto esta a punto de estallar… ¡cierra la boca¡ respiro un poco aliviada, hasta que empieza a descargar encima de mi cara. No lo estoy llevando bien, el pie se empieza a mover, eso no me ha gustado pero no digo nada, me callo. ¡Límpiala! Alguien, con una toalla me limpia y ahora si respiro un poco más aliviada.

 De repente paran, no te oído, no sé si has dicho algo o no. Solo sé que hay un cambio de posturas. El Amo desaparece, y en su lugar aparece un coño, no hace falta que nadie me diga nada, sé lo que tengo que hacer. Y empiezo a comerle el coño a la Ama. A la vez alguien me folla con fuerza, madre mía estoy a dos bandos. Pero me equivoco, no estoy a dos, estoy a tres. No sé como ha aparecido un agujero en la cama y alguien, la otra Ama deduzco esta jugando con el culo, lo penetra con fuerza, no es con los dedos, lo come a besos, eso es una locura. No puedo controlar nada y simplemente me dejo hacer, para qué disfruten de mi, ellos deben de lograr su placer. Así que me concentro en eso. Pasado un rato, noto como la Ama de delante se corra en mi boca, sus gemidos y sus movimientos me lo indican. Acto seguido saco mi lengua y la limpio.
Ya no puedo más estoy agotada, pero si mis cuentas no me fallan, quedan, al menos dos. Una vez hayan acabado ellos no sé que me depara.
Deduzco que la otra Amo también se pondrá en mi boca para que se lo coma, pero no viene nadie. Siguen follandome por delante y por detrás. Es un sin parar, con fuerza, con profundidad, me estoy volviendo loca. Voy a perder el control, pero no puedo y no quiero. Ya te he fallado una vez y no volverá a suceder. De repente noto como el Amo se ha corrido en mi interior, ha quedado satisfecho. Límpiamela. Y lo hago. Bien limpia, le dedico todo el tiempo que haga falta.

 Pero falta una, hay una Ama que no se ha corrido, o al menos que yo sepa. Ella sigue jugando con el Ano, se lo esta pasando bien y de repente…oiga como llega al clímax. 
Todos han quedado satisfechos, no dicen nada. Solo oigo como se van uno tras otro. Nadie hace nada. Empiezo a relajarme, a llorar, tengo mucha tensión acumulada, quiero moverme pero no puedo, necesito un abrazo pero no se que no me lo merezco del todo, nadie se mueve. Solo oigo mi respiración y mis sollozos. Pasa el tiempo, no sé si mucho o poco. Cuando tus manos, se que son las tuyas, grandes y suaves empiezan a desatarme y a masajear la zona atada. Deseo moverme pero no hago ni un movimiento, no sé si tengo permiso. Puede que me estés mirando o no. Pero sé que estas a mi lado, lo noto. Suavemente te sientas a mi lado y me abrazas fuerte. Muy bien mi puta, lo has hecho muy bien. Aunque has tenido un pequeño gran error. Pero estoy muy contento de ti. Prueba superada.
Y me sigues abrazando hasta que me calmo, hasta que mi respiración vuelve a la normalidad y el pie ya no se mueve tan rápido. Simplemente estamos un rato juntos hasta que…        





LA GRAN ESTRENA (II)

Vuelve el silencio. Noto como alguien se acerca a la cama. Pero no identifico si es hombre o mujer. Solo se oye una frase: ya sabes que debes hacer. Pero nadie responde. De repente unas manos duras y fuertes empiezan a tocarme las tetas. Primero caricias suaves que provocan que los pezones reacciones. Noto como van saliendo de su interior, tensos. Acto seguido las caricias aumentan de intensidad juntamente con pequeños mordiscos húmedos en los pezones. Esta mezcla me activa aún más, no puedo moverme, el peso del chico encima de mí y al estar atada no me permite hacer ningún movimiento, solo puedo expresar lo que estoy viviendo a través de mis gemidos. Esta pequeña pero agradable tortura dura y dura, deseo que no pare, que no deje de jugar con las tetas. Cuando se oye: ¡cambio! Las caricias y los mordiscos paran en seco para pasar a azotes. 

Son muy intensos, tengo los pechos muy sensibles, azotes por todos los lados, por los pezones, no se está dejando ningún lugar para azotar. No puedo más, noto como voy humedeciendo, noto como las lágrimas van apareciendo en mi rostro, pero no me rendiré. De repente… ¡Cambio! El chico se quita y deja paso a unas manos más finas, pero no menos fuertes. Ellas son las encargadas de jugar con el coño. Estoy muy húmeda y muy excitada, no sé si seré capaz de resistir. Ella no lo duda, empieza con fuertes azotes. ¡Cuenta! No eres tú quién me lo ordena, pero no dudo en obedecerla, no quiero descubrir qué pasaría si no lo hiciera, pero por mi mente también se cruza un qué pasaría si obedezco a quién no debo. Así que empiezo a contar: 1, 2, 3,… poco a poco mi voz va cambiando, de dolor, no lo soporto más, soy incapaz de continuar, necesito chillar y cerrar las piernas pero no puedo. Ella lo nota, pero no para, solo se ríe. No lograra que le pida que pare, no, no lo hare. He perdido la cuenta, solo noto escozor, placer y el deseo de que pare. Cuando de repente los azotes se convierten en lametazos intensos, juega con el clítoris, introduce su lengua en mi interior, juega con los dedos y la lengua,… no sé dónde meterme, noto como se va formando el orgasmo, voy tensando el cuerpo, no puedo más ella busca mi orgasmo, pero yo no se lo voy a dar, no tengo tu permiso. Pero estoy al limite, dirijo mi cabeza hacia donde estas, buscando tu permiso, te suplico con la mirada, aunque no te puedo ver, ni tu ver mis ojos, me lees, sabes lo que te estoy suplicando, y de repente…¡cambio!

Unas manos fuertes me agarran de la cintura y sin ningún tipo de compasión me da la vuelta. Empiezo a temblar, de placer, de miedo, de inseguridad pero a la vez de deseo. Coge algo, no sé lo que es hasta que zas! No es ningún juguete nuestro habitual, por fin conozco el contacto en el culo de una fusta de verdad. Seca, fuerte y dolorosa. No para, un azote tras otro, mis lagrimas empiezan a recorrer la cara, intento no sollozar pero no lo puedo evitar, duele y mucho. No estoy habituada a unos azotes tan fuertes. No se cuantos lleva, solo deseo que pare y a la vez que siga. Es como si leyera mi mente, porque para, durante unos minutos me acaricia suavemente el culo y sin abrir la boca, me indica que me ponga a cuatro patas, para eso afloja un poco la mordaza de los pies. Y con la cola de gato empieza a azotar en el ano, siento como su respiración se agita, se lo que esta pasando, el culo se esta abriendo como una flor. Algo húmedo se desliza por el y de repente, sin compasión alguna me la clava una y otra vez. No puedo más, sé que no lo resistiré, vuelvo a mirarte pidiendo perdón, porque se escapara, hasta me duele de retener el orgasmo en mi interior y como un reloj los dos explotamos a la vez. Y de repente… ¡Fuera!

LA GRAN ESTRENA (I)

Este escrito es fruto de mi imaginación, a día de hoy solo es un sueño, una idea. Pero a veces los sueños se pueden hacer realidad. Nunca se sabe.

Escribir esto no es nada fácil, llevo varios días dándole vueltas. Cuando me pediste que escribiera un sueño erótico lo tenía bastante claro, hasta que me dijiste que tenían que haber mujeres. Aquí me descuadraste, hasta que les encontré el sito perfecto dentro de mí fantasía.

Caminamos despacio, solo ataviada con unos tacones y un pañuelo en los ojos. Tú detrás guiándome y susurrándome palabras suaves y a la vez duras en mi oído, tienes una sorpresa para mí, estoy nerviosa, no sé de qué se trata pero a la vez estoy ansiosa. De repente nos paramos, abres una puerta y empiezas hablar, con suavidad: frente tuyo hay una habitación, hay la luz tenue de las velas y en medio hay una cama grande y redonda. Me coges fuerte de la mano y me diriges hacia ella. ¡Túmbate!, me ordenas. Y yo como una buena puta lo hago, nerviosa pero sin dudar ni un minuto. Despacio pero demostrando seguridad, o eso creo, me siento y luego me tumbo. No sé lo que me espera, pero sea lo que sea, me entregare al cien por cien, para que mi Amo disfrute y se sienta satisfecho de su perrita.

Mi respiración se va agitando, desde que me he tumbado no haces nada, no te mueves, no sé donde estas, y esto hace que mi respiración se acelere y el cuerpo empiece a reaccionar. De repente noto como te pones encima de la cama. ¡Dame un brazo!, sin rechistar te lo doy y noto como lo atas con dureza pero sin apretar demasiado de la muñeca. ¡Dame el otro! Y le sigue el mismo proceso. Las ataduras no son muy fuertes pero no me permite la movilidad, solo puedo mover las piernas y eso me relaja. Hasta que… ¡abre las piernas!, ¡más! Esta vez dudo un poco, pero lo hago, solo deseo que en mi cara no se haya notado el miedo, pero estoy segura de que no es así. No pasa nada, me digo para mí misma, solo estoy expuesta a mi Amo. Relájate Irma, no pasa nada. Hasta que empiezo a notar que también me atas de las piernas. Involuntariamente los pies empiezan a temblar de nerviosismo, ese estado en el que entro en el que a veces de no sé cómo salir. Ser atada es algo que deseaba desde hacia tiempo, pero del todo… de repente la cuerda desaparece y solo aparecen caricias suaves y tu voz suave: tranquila mi perrita, no te pasara nada, estoy aquí para protegerte, si no estuviera seguro de que eres capaz de resistirlo no te ataría. ¿Confías en mí? Si mi Amo, confío en ti.

Sigues bajando tu mano por el cuerpo, lo vas relajando con suaves caricias, voy reaccionando, pero no tocas nada, solo las partes que llevan hasta al final de la pierna, hasta el tobillo. Cuando noto que has llegado, abro las piernas hasta una posición cómoda, sé que me harás abrirlas más, pero decido esperar a que me lo pidas. Pero no lo haces, simplemente pasas la cuerda por un tobillo y lo atas, y luego haces lo mismo con el otro. Sales de la cama, y me das un suave beso en los labios. Ya sabes que tienes que decir si en algún momento no puedes. Pero sé que eres una puta y una perrita fuerte. Yo estoy a tu lado, nada malo te pasara, no lo dejaría nunca. Tus palabras me relajan pero a la vez me asustan, ¿que pasara? No respondo, creo que el cuerpo y mi cara lo dicen todo, y tu aceptas mi silencio con otro suave beso y un pequeño azote en las tetas descubiertas.

Pasa el rato, silencio. Nada se mueve, no sé donde estas, empiezan otra vez los nervios. Y antes de que los nervios aumenten oigo tu voz: ¡Ya sabéis lo que tenéis que hacer!
¿Sabéis? ¿Tenéis? ¿Quiénes? De repente llegan las respuestas.
Hoy para tu presentación en sociedad unos amigos y unas amigas, Amos y Amas, jugaran contigo. Ellos ya saben lo que tienen que hacer, tu solo debes entregarte a ellos como si fuera yo. En ningún momento sabrás si el que te toca es hombre o mujer, solo quiero que te entregues como siempre y que disfrutes. Pero eso sí, no puedes correrte con ellos, solo lo puedes hacer conmigo. Si no cumples esta única norma ya sabes lo que te pasara. ¿Lo has entendido?
Esta vez no lo dudo y con firmeza te respondo. Si mi Amo, lo he entendido.
Y ya sabes, si en algún momento crees que no lo podrás resistir solo debes avisarme y yo decidiré que hacer. ¿De acuerdo mi puta?
Si mi Amo.  

dijous, 24 de juliol del 2014

GRAN VARIEDAD (III): DESNUDEZ

Para quien me ha ido siguiendo a lo largo de este tiempo, sabe que ir desnuda o estar desnuda es algo difícil para mí. Pero como es bien sabido, una buena sumisa debe de ir completamente desnuda, en casa, para que su Amo pueda usarla cuando y donde quiera. Eso yo también lo sé, y cada vez quiero más al cuerpo que luzco, pero para mi no es nada fácil estar largos ratos desnuda. Una cosa es dormir desnuda, que esto también me costo lo suyo, tuve que ser presionada para hacerlo. Y ahora lo disfruto cómodamente, sin ningún inconveniente. Soy conciente que mi Doma va despacio, pero sin pausa y avanzando. Lo importante es que mi Amo tiene la paciencia adecuada y con ella se consigue todo lo que vamos logrando juntos.

Pues bien, uno de los próximos objetivos de mi Amo, es que sea capaz de estar desnuda todos los días, que se pueda, en casa. Ya sea cuando estoy en mi casa sola o en la suya con él.

Esto es de aquellas cosas que sabes que deben de llegar, pero que nunca esperes que lleguen, y cuando menos lo esperas…llegó el mensaje.
Mi cara debía de ser un poema. Solo leía la frase: desnuda de cintura para abajo. Era incapaz de seguir leyendo, el pie empezaba a moverse sin control, la respiración se agitaba un poco, empezaban a caer pequeñas lágrimas de impotencia, iba poniéndome nerviosa y viéndome incapaz de superar esta gran barrera. Pero por otro lado, sabía que aquello lo debía superar.
En cuanto me relaje seguí leyendo, y me di cuenta que tenia el comodín de la llamada. Es decir, a la que estuviera más nerviosa de lo normal o cogiera frío podía pedir permiso a mi Amo para cubrirme. Esto me relaja un poco, respire profundamente y me desnude de cintura abajo.
Los primeros días fueron…horribles, estoy convencida que parecía una cría pequeña. Solo retrasaba la llegada a casa por el mero hecho de retrasar la desnudez. Pero en cuando entraba por la puerta…empezaba el ritual:
primero cerrar la cortina y bajar un poco la persiana. 


Ir a la habitación y tumbarme en la cama para relajarme.
Acto seguido quitarme los pantalones o la falda y decidirme a ir hasta el comedor para sentarme al sillón y sentirme protegida.
Superada esta fase, me comunicaba con mi Amo para informarle de la situación y poco a poco ya era capaz de hacer vida normal: levantarme para ir a la cocina, ir al baño,…
¿Cómo fue el proceso? Mi sensación es que lentamente, la primera semana creo que solo era capaz de aguantar semidesnuda media hora. Pasado este tiempo el pie empezaba a moverse, es la señal de que estoy nerviosa. Y aunque intentaba aguantar y no mandar un mensaje a mi Amo, lo acaba haciendo. Esperar su permiso para cubrirme era…una eternidad, no paraba de mirar el móvil, deseando que respondiera, y que su respuesta fuera afirmativa. Seguramente solo tarda un par de minutos, pero para mi era como si hubiera pasado una hora.
A medida que fueron pasando los días ya aguantaba casi toda la tarde hasta la hora de irme a la cama. Este proceso duro unos dos meses. Puede que más largo de lo normal, que muchos pensáis que es una gran tontería, pero para mi es un gran paso adelante. Pero la única persona que nos puede decir si ha sido más largo de lo normal es mi Amo, y creo que puedo decir con seguridad, que ha sido un proceso a buen ritmo.
Pero aquí no acaba todo, cuando ya estaba cómoda en mi nueva situación llego otro mensaje. Y vaya que menaje…era la continuación a la parte a, para llegar la desnudez integral. Vaya cuando lo leía, los ojos se iban saliendo de las orbitas. Total. Completa. Entregada. ¡DESNUDA! Vaya…aún no lo había probada y por mi mente ya empezaban a cursarse de todo. Seguí las indicaciones de mi Amo, para que me hiciera a la idea en que consistiría mi nuevo atuendo, para cuando estuviera más preparada. Solo fue una prueba de diez minutos o más, pero pase un rato malo, malo.
El atuendo concisita en una camisa atada por la cintura, desabrochada por delante, dejando los pechos al aire y por supuesto desnuda de cintura para abajo.
Era incapaz de mirarme al espejo, solo deseaba cubrirme y sentirme de nuevo segura. Pero mi Amo me pido una foto. ¿Qué quería una foto? ¿Pero como lo haría? Coloque la cámara para que hiciera la auto foto, en cuanto se disparo, sin mirarla se la envié. Y acto seguido me tumbe boca abajo en la cama. Una vez más cubriéndome, pero poco a poco relajándome, hablando con mi Amo y escuchando sus comentarios positivos y de ánimos. Esto me ayudo a ser capaz de mirarme al espejo y darme cuenta que estaba bien, que no pasaba nada, pero no me sentía preparada para seguir con el atuendo y pedí permiso para cubrirme. Me lo dio. Rápidamente me cubrí de cintura para arriba y volví a relajarme.
Solo fue una prueba, pero que llegara tarde o temprano, seguramente el próximo verano, ya que estos días estoy en casa de mi madre y no se esta dando la ocasión, todo este largo periodo me ayuda a mentalizarme, se que lo logre como todo, y que una vez más seré capaz de que mi Amo se siente orgulloso y feliz de tenerme a su lado como sumisa.

Sé que aun me falta muchas cosas por mejorar: la comodidad de estar todas las horas del día desnuda, mi obediencia sin reproches, mi resistencia al dolor, el control del placer y la negación del orgasmo, son algunas de las cosas a seguir mejorando, tal como dice mi Amo: mi doma sigue sin prisa pero sin ninguna pausa.
Y así es, mi doma sigue, sin prisa, respetándonos mutuamente, con menos castigos, eso quiere decir que ya no lo hago tan mal, que me es más fácil interiorizar las tareas. Aunque debo de seguir trabajando la aceptación de cosas que me cuesten, controlar la mente que a veces va mucho más deprisa de lo que debería y eso me provoca dudas y miedos, porque reacciona antes de saber más. Pero como todo, iré mejorando, a buen ritmo y de la mano de mi Amo.



dimecres, 23 de juliol del 2014

GRAN VARIEDAD (II): AZOTES EN EL SEXO

Pero como es sabido, en la relación D/s, debe haber placer y dolor. Un dolor que te lleva al placer, y nunca un dolor para lastimar y dañar.
Así que, la semana que estuve entregándole a mí Amo orgasmos en público, placer, hubo algunas sesiones de azotes en el sexo, dolor.
Los azotes tenían que ser fuertes, con la mano, azotarme tantas veces como pudiera y superarme en número de azotes. Leído así y a simple vista parece sencillo, pero os puedo asegurar que fue doloroso e intenso. Hubo dolor, hubo placer y hubo lagrimas. Muchas lagrimas.


Fueron un total de tres sesiones, cada cual más intensa, no solo de dolor, sino también de autosuperación. En total llegue a los 60 azotes aproximadamente, pero el camino no fue fácil. Antes de empezar, cerraba los ojos, respiraba profundamente y sin mirar la zona a azotar dirigía mi mano hacia ella. Necesitaba no mirar porque si lo hacia la fuerza de mi mano disminuya y entonces aquel azote no contaba. Una vez vivido y sentido los cinco primeros, entonces no perdía el ritmo, azotaba sin parar, intentando variar de zona, para no sensibilizarla demasiando pronto, se trataba no solo de dolor, sino también de resistencia. En algunas ocasiones pare un rato, para poder relajar la respiración agitada, decirme a mi misma que yo era capaz de aquello y mucho más, sentir en mi cabeza la frases que me dedicaría mi Amo, esto ultimo, es lo que me daba  más fuerza para seguir adelante, por no rendirme tan fácilmente. Estaba dispuesta a entregarle todo el dolor que fuera posible y a superarme.
Y así lo hice, el primer día fueron 40 azotes, aproximadamente. Los primeros veinte sin problemas, a partir de aquí ya no eran tan seguidos, pero si intensos, y entre unos y otros alguna pequeña pausa.
En la segunda sesión me dije que no pararía hasta al menos llegar a los 25, pero fue capaz, si no lo recuerdo mal, de llegar sin prisa pero sin pausa hasta los 30. Y aquí pare, me acaricie suavemente sobre la zona roja y dolorida para darle un poco de paz y coger fuerzas para seguir. Cerré los ojos, visualicé a mi Amo y continué hasta los 50. Este día fue especialmente duro, recuerdo al finalizar la sesión, tumbarme en mi cama, acurrucarme como un bebe y dejar salir toda la tensión acumulada: lágrimas, muchas lágrimas. Hasta creo que me dormí un poco. Sentir el calor de mi Amo me ayuda a relajarme, después de sesiones intensas, y no tan intensas, necesito sentir el abrazo fuerte y el calor de él. Me ayuda a volver en mí, a ser yo misma y a poder seguir con mí día a día.
Finalmente llegó la tercera y ultima sesión, sabia que era la ultima, pero no por eso baje el ritmo ni el listón, sabia que por lo menos tenia que superar los 50, y cuando llegue a los 55 y dije: vamos socteva solo te quedan cinco para los 60!  
Y no lo dude, cerré los ojos, me relaje, tu estabas frente a mi, mirándome y animándome, saque fuerzas de mi interior y llegue hasta los sesenta. Estaba feliz y orgullosa, no lo podía creer, había auto superado mi listón, mi propio listón. Fui capaz de sacar fuerzas de mi interior para no rendirme, para ir más allá, y lo logre. No fue un camino fácil, pero tampoco imposible, por suerte, fue un camino llano, sin pocos obstáculos, los únicos que encontré era mi mente y fui capaz de superarla, dejarla atrás y llegar a la meta, con lagrimas a los ojos pero muy satisfecha por el esfuerzo y el logro conseguido. Puede que no llegara primera, que haya muchas por delante mío, pero esta es nuestra carrera, y al ritmo adecuado, gracias a mi Amo, a su dedicación y paciencia hacia mi, vamos llegando muy lejos.
Así que, si, para mi cada pequeño paso realizado es un gran paso de felicidad, satisfacción, entrega y auto superación. Y tengo la suerte de poder disfrutarlo junto a ti, porque Amo, siempre me acompañas cogidos de la mano, uno junto al otro, al mismo ritmo y sabiendo cuando estoy preparada para el siguiente paso. Muchísimas gracias una vez más. Gracias por todo, por estar a mi lado, por cuidarme y sobretodo, por querer que no solo sea tu sumisa, sino tu compañera y amiga.