Comenzó como un juego, una
conversación entre tu, Amo, y yo. La explicación de una conversación con otro
Amo, que habías tenido sobre mí. A partir de esa conversación, llegaste la conclusión
que teníamos que trabajar el control de orgasmos y apareció la tarea, una tarea
que estoy llevando acabo des de hace cuatro semanas. Una tarea no muy difícil pero
si complicada de llevar a cabo. La tarea consiste en cuatro sesiones de
caricias, con el comodín de poder explotar solo en una, yo decido en cual. Por iniciativa
propia decidí que seria siempre la ultima, a no ser que me fuera muy difícil resistir.
Comenzó como una conversación
venal, pero cuando paso a realidad mi mente empezó a dar vueltas: será muy duro, no seré capaz, no podré con
ello, espero que solo sea unos días,…
No me veía capaz de aguantar. No
me veía capaz de gestionar el tiempo para hacer las cuatro sesiones. En un
primer momento no me gusto mucho la idea, pero por otro lado me encantaba. Una
vez más aparecía la sumisa contradictoria, si pero no.
La primera semana fue
especialmente dura, las sesiones de caricias eran cada día, no era fácil ni
encontrar los momentos ni resistir. El primer día estaba de un humor de perros,
no lo estaba gestionando bien. El segundo el mal humor solo duro medio dia,
poco a poco, fui gestionando la situación, aunque cada vez que frenaba el
fantástico orgasmo que crecía, pensaba: joder,
no quiero parar. Pero sabia que debía hacerlo, así que me mordía la lengua
y…zas! Un fuerte azote para frenarlo.
Con el paso de los días, ya
solo perdía el control en la tercera sesión, era en esta en la que muchas veces
pensaba en usar el comodín, en tirar la toalla, el cuerpo pedía liberarse pero
no tenia tu permiso. Tenia que batallar
entre el deseo y el permiso. Aquello era un tormento, una lucha contra el bien
y el mal.
Por fin llego el final de
semana, por un lado deseaba terminar de un vez por todas, aquello era una
tortura, me dolía todo el cuerpo, el sexo, pero sobretodo el clítoris,
necesitaba un descanso, no solo él, yo también. A medida que iban pasando los días,
ya lo sobrellevaba mucho mejor, estaba muy contenta conmigo misma, los
pensamientos ya no eran tan negativos hacia ti, sino de satisfacción y orgullo
por ser capaz de aguantar y felicidad por ser capaz de controlar el cuerpo. Ya no
me enfadaba, simplemente sonreía y pensaba la próxima vez será. Aún así deseaba
y necesitaba un poco de calma.
Pero llegó otro mensaje, en
aquel instante maldije el inventor de los mensajes. Estaba contento de mis progresos,
pero la tarea seguiría unos cuantos días más. Por dios… ¿otra semana más?
¿Cuatro sesiones, cada día? Imposible, el cuerpo no era capaz de resistir. Pero
antes que te lo pudiera comunicar, llegó otro mensaje, esta vez, agradecí al
inventor. Esta segunda semana, no seria cada día, sino que alternaríamos, un día
sí y otro no. Bien, pensé. Podría descansar un poco.
Los dos primero días fueron
geniales, el tercero también, pero el cuarto… ¡Ay! El cuarto, el deseo de
acariciarme y liberar el cuerpo era mucho. Necesitaba tocarme, liberarme y
entregarle a mi Amo aquel placer que estaba en mi interior luchando para salir.
Era una bomba de placer andante, el deseo de descansar se giraba en mi contra.
Aquella segunda semana,
sobrellevaba mucho mejor el no correrme cuando estaba a punto y deseosa, era
una felicidad y un orgullo para mí ser capaz de aguantar, sin poner ninguna
mala cara y sin pensar nada malo, simplemente sonreír de felicidad y esperar a
que llegar el momento adecuado. Pero aquello era otra historia, desear y no
poder. Pero como todo lo iría gestionando. Y con paciencia y con mucho mejor
humor, lo fui gestionando hasta final de semana.
Ahora no penséis, que cada día
me acarició y llego hasta al clímax, pero si que tengo una gran fabrica de
placer en mi interior y cuando se enciende durante un largo periodo de tiempo
la producción de orgasmos y de placer va en aumento. Soy capaz de estar algunos
días sin acariciarme y sin correrme, pero alternar un día sí y un día no, fue
mucho más difícil de lo que pensé, en un primer momento. Pero entre una cosa y
la otra, llegó el final de semana, y sin darme cuenta había sido capaz de
gestionar el control de orgasmos, el control de pensamientos malos, la aceptación
de la negación del orgasmo y sobrevivir entre sesión de placer y día sin nada.
Aquello iba muy bien, y
deseaba seguir mejorando. ¿Qué ocurriría? La incógnita se resolvió rápidamente.
Era fin de semana, a punto de llegar al a tercera semana de julio, y volvió
aparecer la sumisa contradictoria, deseando por un lado finalizar la tarea, y
por otro seguir. ¿Que decidiría mi Amo? Fuese lo que fuese, seria adecuado y lo
aceptaría como una buena sumisa, que soy, o al menos intento serlo.
Esta tercera semana, serian
dos días sin tocarme y el tercero con cuatro sesiones de caricias. La tónica
era la de siempre, pero esta vez solo dos veces durante al semana. Mi reacción
me sorprendió a mi misma, al leer el mensaje, no se cruzó ningún pensamiento
negativo, no maldije a nadie, solo acepte la orden y la tarea con orgullo y con
la seguridad que seria capaz de realizarlo sin ningún problema. Y así fue, una
semana con dos sesiones, pero dos sesiones muy intensas, llegando siempre al
limite, como las anteriores semanas, pero esta vez más, buscando hasta donde
soy capaz de resistir, sintiendo mi Amo más cerca, conmigo, a mi lado.
Esta semana, aún seguimos,
pero una vez cada tres días. Estoy tranquila, deseando que llegue el día en que
me volveré a entregar a mi Amo, disfrutando de la tarea y del momento. Con aceptación,
orgullo y felicidad, porque con paciencia y sin prisa todo se consigue.
Y no os negare, que aunque han
sido necesarias, de momento, tres semanas, o cuatro, porque ya estamos en la
cuarta, y lo llevo mucho mejor que el primer día, tengo miedo. Miedo a no
hacerlo bien el día que este en vivo y en directo con mi Amo, con mi pareja,
contigo. Sé que me ayudaras, sé que lo daré todo para hacerlo bien, pero el
deseo, el placer, cuando estoy contigo se multiplica por cien. Y aunque tú
tienes el poder de activarme y pararme, con una sola palabra o una sola
caricia, tengo el miedo de, al menos, el primer día, no poder controlar el
deseo. Sé que si eso ocurre, seré castigada, y como una sumisa que soy,
aceptare el castigo con orgullo. Pero luchare con todas mis fuerzas para que
este no llegue.
Si, sí, lo sé. Me estoy
avanzado a los acontecimientos, aún no ha llegado el momento y ya pienso en si
sale mal. Pero al igual que tengo este miedo, también tengo la seguridad de que
cuando llegué el día, seré capaz de controlar y obedecer sin rechistar tus
ordenes.
Así que una vez más…gracias
por querer domarme, gracias por querer estar a mi lado…simplemente gracias… Te…