EL CASTIGO
Pero como ya he dicho no todo
fue bonito, también hubo un momento triste, sé que son necesarios los castigos,
para poder corregir mis malas actitudes, pero aunque los entienda, los
comprenda y los acatos, después durante un largo rato me queda una mala
sensación, tengo la necesidad de llorar y encerrarme un poco conmigo misma para
calmarme y recuperar la compostura.
A lo largo de la semana tuve
tres castigos, un por ser mala hablada, otro por no haber controlado el orgasmo
y correrme sin permiso y el otro por insistir demasiado en querer tenerlo y no
parar al tiempo justo.
El primer castigo consistió en
unos cuantos azotes más fuertes de lo habitual y sin mimos de calma después.
Controlar mi forma de hablar durante las sesiones es algo que voy mejorando,
pero en los momentos de mas excitación y cuando no puedo más, me es difícil
controlar que salgan esas palabras feas por mi boca. A mi Amo no le gusta, y
durante un tiempo me advertía y me lo corregía, pero cuando pasa el tiempo y
por mucho que lo corrija esta forma de actuar no cesa del todo, el castigo es
muy merecido. Así que después de una fantástica sesión llegó el pequeño pero
severo castigo.
El segundo llegó después de
una fantástica sesión en que me uso a su gusto y antojo de forma anal. Estaba
tan emocionada por aquella nueva sensación y por sentir no que dolía y lo
estaba disfrutando que no puede controlar y me corrí sin pedir permiso. En un
primer momento el castigo consistía en no poder llegar al orgasmo durante 24
horas. Cuando me lo impuso queda pasmada, no me veía capaz de aguantar todo un
dia reteniendo mis orgasmos, me parecía una tortura pero no había otro remedio.
Así que durante las sesiones aguantaba y resisita, pero no llevaba ni medio dia
de castigo que llego un momento en que no podía más. Aquello era horrible,
tenerlo dentro mi, sentir como me entregaba a él y como me llenaba y no poder
explotar me mataba, llego un momento en que no podía más o me dejaba entregarle
aquel inmenso orgasmo que estaba creciendo en mi interior o no se que pasaría,
así que jugué algunas cartas y empecé a suplicarle. Esta vez funciono,
generalmente se mantiene severo y a ralla, difícilmente se deja convencer. Así
que me dio permiso para correrme y cambio el castigo. El cambio al principio no
me gusto, pero prefería estar un dia entero sin poder llegar a los orgasmos o
dormir toda la semana desnuda a su lado. La decisión de fue muy difícil, acepté
el cambio aunque sabia que me seria un poco difícil dormir los primeros días,
sin sentirme protegida con algo de ropa. Pero igual que el primer castigo este
también lo supere.
Y finalmente llegó el ultimo,
como os he dicho a veces suplicar funciona, pero otras no. Y esta vez por
pesada y no dejar de pedir que jugara conmigo me lleve una buena tanda de
azotes fuertes hasta que no puede más y mis ojos se llenaron de lagrimas. Muchas
veces en las sesiones el dolor llega hasta el limite de que no puedo más y
lloro, pero sé que después habrá una pequeña sesión de mimos. Esta vez, sabia
que no habría mimos y que tendría que recomponerme y sola.
Recomponerme después de los
castigos, no me suele ser fácil, necesito mi tiempo, hasta necesitaría mis
momentos de soledad para poder esconderme y llorar sin ser observada. Mi Amo no
me deja sola, pero respeta este momento, aunque para mi es duro y no me gusta
nada mostrarle mi debilidad. Si, repito, los castigos son necesarios, pero no
me gustan nada.