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dimecres, 23 d’abril del 2014

DE NUEVO JUNTO A TI (III)

Estos días contigo, también descubrir otro tipo de azotes. Hasta el día de hoy, siempre había sido azotada en culo, sexo o tetas. Pero, ahora me diste la oportunidad de descubrir que se siente al ser azotada en la espalda y  en medio del culo, encima del ano.

No sé muy bien como describir lo que sentía, ni como lo vivía. Los azotes eran realizados con el gato de colas. No sé si es por la falta de costumbre o porque son dos zonas más sensibles, la sensación era muy dolorosa. Sobretodo los primeros contactos. Poco a poco, aunque la intensidad era la misma, el dolor se transformaba en placer y mi resistencia aumentaba, deseando que no parara. Eso si, no os lo negare, siempre que era azotada en la espalda, no solo crecía el placer sino también las lágrimas.
Si tuviera que escoger una de las dos zonas, supongo que me quedaría con los azotes en medio del culo. Era una sensación muy extraña. Los primeros siempre eran muy molestos y muy dolorosas, casi insoportables, pero cuando el cuerpo los aceptaba y yo me relajaba era un gran momento. Se empezaba a generar el placer en mi interior, al ser una zona más sensible, el placer era mucho mayor, en un primer momento deseaba que se terminara, pero pasado un rato solo deseaba que siguiera, para poder darle a mi Amo todo el placer que se merece. Por otro lado, a medida que el placer aumentaba, iba notando como el ano se iba abriendo para poder recibir como se merece a mi Amo.
Así que con la posición adecuada, de rodillas con el culo en pompa y bien abierto, me entrega a ti para que disfrutaras primero con los azotes y luego ocupando el pequeño, pero maravilloso espacio, buscando todo el placer para ti. Eran pequeños orgasmos, pero eran tan intensos que me quedaba sin fuerzas, y deseando mucho más. Porque por fin, no solo disfruto mi Amo de la penetración anal, sino que yo también. Por primera vez no era extremadamente dolorosa, por primera vez lloré de felicidad por haber logrado sentirte en mi interior por la parte trasera. Si, una vez más logramos conseguir otro reto. Todo en su debido tiempo se puedo lograr. Gracia por la paciencia y el tiempo que me dedicas. Muchísimas gracias.

FOTOS
Últimamente, no solo nos dedicamos a sesiones…como decirlo, ¿puras? Porque estoy convencida que por mucha gente, nuestras sesiones son extrañas, pero para mí, y creo que para ti también, mi Amo, todos los momentos en que estamos juntos, jugando o no, estamos en sesión. Hay sesión de dolor y placer, sesiones de solo dolor, o simplemente sesiones íntimas, dónde hay risas y nuestros momentos. No me importa lo que pueda creer el resto de gente, solo me importa lo que puedas pensar tu de mi, y por lo que me dices, sé que estas orgulloso.

Así que, en los momentos en que disfrutábamos de tu cámara, para mi forman parte de estas sesiones de bdsm, intimas y secretes. Tú y yo, en la habitación disfrutando del momento. Poco a poco voy disfrutando más de este momento, aún me sigo mostrando un poco vergonzosa, según lo que me pidas, pero ya estoy más relajada y más dispuesta a mostrarme como tu más desees, para entregártelo todo, no solo mi placer, sino también mi intimidad y mi cuerpo. Todo es para ti mi Amo. Mi cuerpo es tuyo.



DESPEDIDA
Y tristemente llegó la despedida. Era nuestro ultimo día juntos hasta la próxima, porque no era un adiós, sino un hasta luego. Cada vez es más duro estar tanto tiempo lejos, físicamente, de té. Aunque estemos muy unidos. Y esta despedida, fue especialmente dura, pero también bonita y muy intensa.
A dos horas de marcharme a mi casa, me ordenaste: muéstrate. Se me dibujo una gran sonrisa en mi rostro, era algo que deseaba, deseba que me utilizaras por ultima vez, de esta ocasión, para poder volver a mi casa con un bonito recuerdo de nuestro encuentro. Fue una sesión de dolor y placer, muy intensa. Donde hubo azotes con el gato en la espalda, y en el ano para abrirte el paso. Me usaste con toda tu fuerza por el culo y por el sexo, me hiciste vaciar de placer para dártelo todo. Sentirte en mi interior, sentir tus manos encima del cuerpo, simplemente sentirte me ponían los pelos de punta. Fue una sesión dónde predomino el dolor y luego el placer. Todo el cuerpo se tensaba y luchaba para dejar salir todo el placer y todas las sensaciones vivida por todos sus poros, pero no había bastantes, así que todo lo sentido también salió por los ojos. Lágrimas y lágrimas, por mucho que lo intentara no las podía parar, salían sin control. De repente llegó el gran deseo de besarte, de tocarte, de abrazarte, pero no me dabas el permiso, no lograba relajarme, necesitaba sentir tu calor, sentirme abrazada y protegida por ti. Aquello era muy especial, era un hasta luego. Pero la dureza de tener que separarme de ti por un largo periodo de tiempo, hacia que aquella sesión no fuera una más, sino una sesión única. Otro momento nuestro, intimo y privado. Donde solo estábamos Tú y yo.
Finalmente, cuando logre relajarme un poco, cuando el pie ya no se movía solo y mi respiración era más pausada, y después de pedírtelo varias veces, me diste el permiso para abrazarte.
Te abrace con fuerza, me acunaste, me besaste dulcemente y con voz suave me felicitaste. Con la voz entrecortada, te dí las gracias por todo. Y hoy, pasado unos días, con otra vez lagrimas en los ojos y siendo un día especial, te vuelvo a dar las gracias por todo. Por dejar que se tu sumisa, por enseñarme, por domarme, por mimarme y sobretodo cuidarme y protegerme. Gracias mi Amo por todo, por ser quien eres y por dejar que yo sea yo y no otra. 
Con todo mi corazón. Para ti, mi Amo.

DE NUEVO JUNTO A TI (II)

CERA
Uno de los momentos más duros de estos días junto a ti, mi Amo. Una de las sesiones más duras. Fue la segunda parte de un castigo anterior. Aunque fue un momento muy duro, fue mi primer contacto con la cera en algunos lugares del cuerpo: espalda, barriga y entre los pechos.
Sentada en el sofá, me ordenaste que fuera a buscar la vela, me levante y feliz la fui a buscar, me imaginaba que seria lo de siempre, y me encanta jugar con la cera, activa todo los poros del cuerpo. En cuanto llegue frente a ti con la vela en mano, me ordenaste que me tumbara sobre tus rodillas. En esta posición, en un primer momento creí que empezaríamos con una sesión de azotes en el culo, pero una vez más me confundí y lograse sorprenderme. Me desarmaste. Como siempre. Te moviste ligeramente para coger la vela, empecé a mentalizarme en que las gotas mágicas de la cera caerían en el culo, pero la primera gota cayo directamente en medio de la espalda. ¿Qué sentí? Dolor, mucho dolor. Una sensación de quemarme. No me lo esperaba, aunque las gotas caían despacio, una tras otra, en distintas zonas de la espalda, estaba tan tensa que cada gota era un sufrimiento. Un para pero sigue. Por un lado quería salir de allá, pero por otro me quería quedar. Poco a poco fui relajándome, fue entonces cuando el cuerpo fue aceptando y reaccionando bien a cada gota, cuando ya era capaz de empezar a disfrutar del momento, las gotas cambiaron de zona para empezar a caer directamente en medio del culo. No lo puede evitar: chille, llore, patalee y te suplique que pararas. Pero tu suave voz me calmo y ayudándote de suaves caricias con tu mano encima de la zona dolorida, me calmaste y me animaste a continuar.    

Sí, fue una nueva sensación que lleno la parte trasera del cuerpo de cera, sintiendo como esa se adherí al cuerpo e iba dejando pequeñas marcas, para poder lucirlas después con mucho orgullo. Sí, fue un momento muy duro pero a la vez lleno de grandes momentos, una vez más fue un momento íntimo entre tú y yo. Otro gran momento nuestro, que disfrutamos juntos, y que no dudaría en volver a repetirlo.
Pero la sesión continuó en la parte delantera. Esta vez era mi mano quien sostenía la vela, la encargada de cumplir tus órdenes. La mano me temblaba, aún sentía el dolor en la espalda y sabía que la cera azul quemaba mucho más que cualquier otra. Ya había experimentado con cera blanca y cera verde. Pero esta…quemaba mucho más. Cerré los ojos, respire hondo y obedecí las órdenes: cubre las aureolas. Despacio y con mucho cuidado empecé. Cada gota era un suplicio pero a la vez era una fuente de placer. Notaba como el cuerpo empezaba a reaccionar y el deseo de sentir tus manos sobre mi aumentaba. Ahora rodea el ombligo. Otra zona virgen en cuanto a la cera. Haz una fina línea de cera en el borde el sexo, dibuja un corazón entre los pechos. Entre lágrimas, suspiros y algún pequeño gemido lo logre. En algún momento pare, necesitaba respirar un poco, mirar fijamente los ojos de mi Amo, para que con su mirada me animara a continuar, y así seguir adelante.
Sentí todo el cuerpo dolorido, deseando quitar la cera y a la vez deseando que me usaras. Sentía mucha tensión y sabía que en algún momento, para relajarme empezaría a llorar y a necesitar un abrazo tuyo. Aunque sabía, que seguramente no lo harías. Aquello era un castigo, y los castigos no llevan premio. Aún así, cuando termino me sentí feliz y orgullosa. Una vez más lo había logrado.
Fue un momento duro, pero muy bonito. Una vez terminada la sesión de cera llego la sesión de fotos para que quedara para siempre este acto grabado. Finalmente llegó el momento de despegar la cera del cuerpo, con tu mirada fija en el cuerpo, lentamente empecé a quitarla, a disfrutar de la sensación que da al quitar la cera, y a observa las pequeñas pero bonitas marcas. Me gusta mirarlas y acariciarlas, es tu recuerdo y lo quiero grabar en mi retina. Pero llegó el momento de quitar la cera de la espalda, con tu voz suave me pediste que me tumbara y con suavidad y ternura me la quitaste. Era como si muchos mosquitos me picaran a la vez. Fue un momento de felicidad y de mimos, para mi fue el pequeño premio de la sesión. Sentir como quitaba la cera, no solo me relajó, sino que también me sentí mimada y protegida.
En definitiva, todos los momentos contigo son duros pero a la vez tiernos. Todo en su momento y en su medida adecuada. 

dimarts, 22 d’abril del 2014

DE NUEVO JUNTO A TI

Después de casi diez horas de viaje y unos tres meses volví estar unos días junto a ti, mi Amo. Han sido unos días muy intensos, en los que no ha faltado de nada: he sido azotada, usada, momentos muy duros, lágrimas, dolor, placer y entrega. Pero también ha habido mimos, buenas palabras y he sido muy cuidada. En mi manera de ser, la severidad no quita la dulzura, todo en su debida medida y en su debido momento. Y así ha sido estos días.

Si en aquel momento me hubieran preguntado como me sentía, no se lo que hubiera respondido. Los días previos a mi llegada junto a ti, era un manojo de nervios, llena de sonrisas tontas y con la mente paseando por el mundo de la imaginación. Pero contigo todo es imprevisible, contigo no puedo controlar lo que pasará, contigo cada día es una sorpresa. Esa falta de control provoca en mí una sensación de vulnerabilidad, aumenta un poco mi inseguridad pero a la vez todo eso, me excita y hace salir a la persona “déjate llevar”.
Se que estoy en muy buenas manos, nada malo me puede pasar junto a ti, pero aún así no logro bajar la guardia. Confío en mi ti, Amo. Pero la falta de control me pone de los nervios y tú sabes gestionarlos, para que favorezcan en el placer a entregarte.

En definitiva, con tus palabras, tu voz severa y tus manos sobre mi, eres capaz de dominar y controlar a la sumisa que llevo dentro.


Así que…vamos a intentar contar todo lo vivido estos días:

BIENVENDIA
Llegada a casa, quitarse la ropa, buscar en la maleta el gato de colas y pedirte que azotaras la zona más sensible del cuerpo: el pecho. Vergonzosa y a la vez muy excitada me acerque lentamente a ti, intentando no hacer ruido, con el gato escondido en mi espalda. Pero me detectaste como un radar, y mirándome a los ojos y con voz severa, solo dijiste una palabra: ¡venga!
Así que tímidamente y con voz entrecortada te pido que me des unos azotes de bienvenida en los pechos. Me pongo en posición, de pie con las piernas abiertas, brazos detrás de la cabeza y ojos cerrados, y espero…no sé cuando llegara el primero, no sé que estas haciendo, empiezo a mover el pie (señal de nerviosismo) y…zas! Empiezan a caer sobre el cuerpo, uno detrás de otro, intensos y muy seguidos. La temperatura aumenta, el deseo de tocarte y que me toques, tengo la sensación de no poder aguantar ningún azote más, hago la intensión de tocarte, es como un acto involuntario, abro un poco los ojos, me regañas…. No puedo más necesito sentirte cerca. Vuelvo intentar abrazarte y…o te estas quieta o te ato. No vuelvas abrir los ojos.
Si, hazlo. Pienso, pero no digo nada. Me callo, me concentro en el momento en que estas disfrutando del cuerpo que te pertenece.
Un momento bonito, pero muy duro y muy intenso.

 CUANDO Y DÓNDE QUIERA.
Esta semana fue distinta a las otras veces que estábamos juntos, ha estado llena de pequeñas pero intensas sesiones, en cualquier momento. Y eso provocaba en mí un estar pendiente en todo momento de tus pasos, de tus miradas o gestos, intentando leerte y deducir tus pensamientos y tu siguiente movimiento o decisión. Pero de nada me sirvió, siempre me cogiste por sorpresa, y me gusta, me vuelve loca. Deseaba sentir: ¡en posición!, ¡ven aquí!, ¡muéstrate!,…las palabras clave que me indicaban que ibas a usarme. Me mirabas fijamente a los ojos, ordenabas y yo cumplía. No esta segura en ningún momento. Podían sonar las frases en cuanto menos lo esperaba: estando tranquilamente en el sofá, vistiéndome para salir,… pero cuando estoy a tu lado, soy un polvorín, siempre dispuesta para que me uses o para que disfrutes viéndome.

EL DESPERTAR DE LA SUMISA
Es un ritual, sé lo que cada mañana para despertarme tendré, lo espero, lo deseo y si algún día falta lo hecho mucho de menos.
Mi amigo el cinturón, estos días ha vuelto con más fuerza, con más intensidad. Cada mañana me despierta y me pone a tono. Lo espero, lo anhelo, inconscientemente, cada mañana abría los ojos cuando tus pasos se acercaban a la habitación. No me movía, mantenía los ojos cerrados hasta sentir tu voz: ¡en posición¡ Rápidamente, sin rechistar, salía de entre las sabanas, te miraba a los ojos, y me colocaba: de rodillas, cabeza en la cama y culo en pompa, preparada para sentir la dureza del cinturón, cuatro o seis azotes muy intensos y muy seguidos, lo suficiente para abrirme como un flor y luego recibirte con mucha fuerza.
Todo el cuerpo se activa, las terminaciones nerviosas entran en acción. Me empalas con fuerza y esto aumenta el placer. Tiemblo de deseo, me concentro en ti, en no explotar, para que sigas usándome para tu disfrute, y en cuanto obtenga tu permiso, dejar salir todo el placer acumulado.
Con estos despertares, voy todo el día generando fluidos. Una sola mirada, un suave roce en los pechos solo cubiertos por la fina tela de la camiseta, un pequeño azote en el culo,…pequeñas acciones que no dejan descansar el cuerpo, hacen que no baje la guardia, activan mi interior, para que cuando me hagas comprobar como estoy, saque los dedos llenos de mis fluidos vaginales, siempre lista para ti mi Amo.  

    

divendres, 11 d’abril del 2014

Jugando con la cera y las pinzas

Sentada en mi sofá, mirando por la ventana como las gotas de lluvia lo van decorando. Ver llover me relaja y mi mente empieza a trabajar. Con los ojos cerrados empecé a recordar las veces que jugué con la cera. Se me dibujaba la sonrisa tonta en la cara, al recordarlo y el cuerpo empezaba a reaccionar. Cuando recibí la orden de mi Amo: este fin de semana quiero una sesión de cera en las tetas.

Es como si se hubiera tele transportado en mis pensamientos. Deseosa de volver a jugar con ella, estaba radiante de felicidad y deseaba que el viernes pasara rápido y por fin llegase el sábado.

Llegó el sábado, así que me prepare para empezar, tumbada en mi cama, completamente desnuda, no estabas a mi lado, pero yo te notaba cerca de mi, eras la mano que sostenía las pinzas que tenia que colocarme en cada pezón. Sabes que usarlas me da miedo, pero no por eso las dejamos de lado. Tu voz sonaba en mi cabeza, susurrándome dulces palabras: relájate mi sumi, no dolerá
Así que dejo salir el aire lentamente, agarro la pinza y lentamente, sin prisas la coloco encima del pezón. La presión no es excesiva, de momento, sé que a medida que vaya pasando el tiempo, esa aumentara, pero me centro en mi Amo y le hago caso, no duele y puedo. Voy repitiéndome una y otra vez, como si fuera un mantra. Tengo que resistir, tengo que convertir ese dolor en placer.
Con el primer paso conseguido, voy a por el segundo. Agarro la vela y la enciendo. Es una vela perfumada, en un primer momento el olor me sorprende, aunque es mía no me acordaba. El perfume entre por mi nariz, al respirarlo aumenta mi relajación y me anima a seguir. La orden es clara, tengo que cubrir las aureolas del pecho y una vez bien cubiertas, quitar la pinza y cubrir el pezón. Este paso será duro y muy doloroso, si no puedo soportarlo, tengo el permiso de mi Amo, puedo y debo parar.  
Después de cubrir las dos aureolas, quito la primera pinza y empiezo a cubrir el pezón, la sensación es buena, mi placer aumenta y el dolor es muy soportable. Después de este viene el otro, pero por mi mente se cruza un pensamiento: ¿puede ser que el dolor no haya sido tan intenso por haber habido tiempo de reposo entre el cubrir la aureola y el pezón?  
No lo sé, así que antes de quitar la segunda pinza, vuelvo a poner más cera alrededor del pezón, noto como este va creciendo dentro de la pinza y como lucha para salir, inmediatamente saco la pinza y empiezo a cubrirlo de cera… y sí, esta vez el dolor es más intenso, la zona esta más sensible, el placer es mucho mayor, noto como en mi interior se va generando un pequeño orgasmo, pero mi resistencia es poco, hasta tengo la sensación de quemarme y paro.
Cierro lo ojos y me relajo…ahora mismo soy un saco de sensaciones contradictorias. Por un lado estoy orgullosa de haberlo logrado, pero por otro lado me siento un poco frustrada. Si hubiera resistido un poco más… rápidamente aparto este pensamiento de mi mente. No pasa nada, esta vez no ha salido del todo bien, pero tampoco del todo mal, la próxima vez seguro que llegaras un poco más lejos, eso si hay una próxima vez.

Disfrute de la tarea. Tú no estaba a mi lado en persona, pero si estaba cercaba de mí. Tú pusiste las pinzas suave y lentamente. Tú sostenías la vela que iba cubriendo los pechos. Tú me decías bonitas frases que me ayudaron a llegar hasta al final. En definitiva, mi Amo, tu estabas a mi lado en todo momento. Gracias por esta nueva experiencia. ¿Repetimos? 



diumenge, 6 d’abril del 2014

DESPUÉS DEL CORRECTIVO

Después de la tormenta siempre viene la calma, dice el dicho. Y en mi caso también fue así. Durante diez días viví un tormenta de placer que no podía estallar, el cuerpo se iba llenando y llenando de nubarrones negras deseosos de descargar todo el placer que habían ido acumulando a lo largo de estos días.

Pues el último dia del correctivo, cuando el cuerpo ya no podía más y solo deseaba una cosa, llego la gran tarea. El permiso de mi Amo para, una vez parado el orgasmo del último día de correctivo, entregarle todo es placer en el máximo de orgasmos que pudiera aguantar.
Por fin las nubes podrían descargar todo el placer acumulado, estaba a punto de haber una gran tormenta para acto seguido llegar la calma. No había límite de orgasmos, podía usar los juguetes que desease y las técnicas que yo quisiera. ¡Oh, dios mío! Fue una tarde fantástica, poco a poco las nubes se fueron abriendo para dejar paso al sol.

En total fueron seis orgasmos. Cinco que salieron sin apenas dificultades, los tres primeros se originaron en mi interior rápidamente y fueron de aquellos que son intensos, largos y duraderos. Que te dejan sin fuerzas y que cuando terminas, sientes que aún tienes más placer para dar, pero el cuerpo no responde. Pero la condición de mi Amo, era que no podía haber pausa entre orgasmos y tenia que vaciarme del todo. Así que luche con todas mis fuerzas para que saliera todo y esto se convirtió en dos más.

  1. El más intenso. Círculos suaves y golpecitos en el clítoris.
  1. El segundo más intenso. Usando el consolador chico. Fuertes penetraciones.

  1. De locura. Penetración anal y doble penetración.


  1. Pequeño pero matón. Usando el consolador grande.

  1. Tortura placentera. Mezcla de todos los juguetes y técnicas, torturando los pezones.
Termine sin fuerzas, convencida que lo había dado todo, pero mi Amo pensó que aun quedaba un poco de placer en mi interior para dárselo y me ordeno que buscara otro. Este ultimo fue el más difícil, no lograba lubricar, sentía el orgasmo en mi interior que se iba generando pero no se decidía a salir, estaba luchando entre el cansancio y la voluntad de mi Amo, pero evidentemente gano la petición de mi Amo y después de jugar y jugar… 


En definitiva, después de vivir un correctivo largo y duro, unos días de tormenta al final esta pudo estallar y estalló con todas sus letras. Finalmente el sol empezó a brillar, cerré los ojos y disfrute de la calma, del gran momento vivido. Feliz por haber cumplido el correctivo, feliz por haberle entregado a mi Amo lo que me pedía y feliz por haber dado vía libre al cuerpo que luzco y pertenece a mi Amo.



dissabte, 5 d’abril del 2014

UN NUEVO CORRECTIVO

Dicen que el ser humano es aquel que tropieza dos veces con la misma piedra, y que a veces por mucho que se quiera evitar es casi imposible. Forma parte de nuestra naturaleza.

Y eso es lo que me ha pasado a mí. Hace cosa de un mes fui castigada por mostrarme dudosa y con inseguridad frente a una nueva tarea que me proponía mi Amo. Ahora he sido castigada por no realizar del todo bien una orden y olvidar, un poco, cuales son mis prioridades. Como he dicho muchas veces, cuando me aplican un correctivo, generalmente me afecta muchísimo, poco a poco he ido aprendido a canalizar estos sentimientos para lograr que no me afecten tanto y no seguir pensando en el correctivo una vez aplicado y realizado.
Con este nuevo correctivo, no solo me ha ayudado a darme cuenta de mi error y aprender cuales deben ser mis prioridades, me ha ayudado también a aprender a canalizar los sentimientos de rabia y fracaso hacia mi misma por haber fallado a mi Amo y por no haber realizado correctamente la tarea, a canalizar la tristeza, antes cuando recibía un castigo el mal estar, las lagrimas duraban un tiempo, duraban antes, durante y después del castigo. Con este correctivo he sabido controlar este sentimiento. El sentirme mal y seguir con mí día a día con una sonrisa después del correctivo.
Todo aprendizaje lleva su tiempo, y aunque este ha tardado un tiempo largo, como dice el dicho: mejor tarde que nunca. Este aprendizaje no solo lo podré aplicar en mi lado sumiso, sino también en mi lado laboral, muchos días hay fracasos o intentos fallidos que te los llevas a casa y hacen que un día en que el sol relucía se convierta en un día largo y nublado y todo lo veas negativo. Así que después de este largo correctivo, ha durado diez días, puedo decir que ante un mal momento se llora unos minutos para relajar el cuerpo y luego se pone la mejor sonrisa para que el día que empezó genial, termine igual.

Dicho esto, hace dos semanas me fui de excursión con unas amigas y yo tenia la tarea de entregarle a mi Amo dos orgasmos durante el camino y una vez realizarlo enviarle un miniblog, para que el supiera que lo había realizado y como había ido. Solo leer la orden el cuerpo ya se activo y empezó a generar placer, la tarea no solo me gustaba que sino me excitaba. Aunque me sentía un poco entre la espada y la pared, si, tengo muy interiorizada la frase: cuando y dónde quiera. Pero a día de hoy me sigue poniendo nerviosa, sobretodo si hay gente a mí alrededor que me puede pillar o ver.
Aún así, llena de excitación y nervios lleve a cabo mi orden, pero el miniblog no llego al momento adecuado, o mejor dicho, casi no llega. Aquí tuve mi primer fallo, y esto me llevo al correctivo. Generalmente es mi Amo quién decide el correctivo, pero esta vez me lo hizo pensar a mí. Vaya… no estaba yo lo bastante nerviosa por no haber realizado correctamente la tarea, como para que encima tuviera que pensar en el correctivo. Mi cabeza empezó a dar vueltas y más vueltas hasta dar con el correctivo adecuado, o eso creí y se lo propuse. Y le gusto, pero Él lo alargo un poco, yo le propuse acariciarme hasta generar un orgasmo sin explotar, le pareció bien pero añadió la cláusula que seria durante siete días.
Madre mía…cuando leí aquello casi caigo en el suelo y me pongo a llorar, si no hubiera estado acompañada estoy segura que hubiera sido así. Pero al no estarlo, aguanté las lágrimas y las ganas de gritar y como hice siempre acepté mi correctivo con orgullo. Aunque sabia que seria duro y difícil, a la vez estaba convencida que lo lograría. Pero en cuestión de tres horas o más la volví a liar. El miniblog no llegó, mi Amo me lo tuvo que pedir y este fallo, hizo que el correctivo se aumentar de siete a diez días.
Hoy hace cuatro días que termine el correctivo, han sido diez días muy duros, los primeros fueron más fáciles de sobrellevar, pero a medida que el cuerpo se iba cargando de placer, que no podía estallar, solo empezar a acariciarme el orgasmo subía y subía, luchaba con todas sus fuerzas por salir al exterior y poder entregarlo a mi Amo, pero no me estaba permitido. Estos días han sido una lucha entre el deseo y el deber, una lucha contra el desanimo, contra la falta de voluntad y las ganas de no parar. Han sido diez días de querer y no poder. Pero aunque han sido duros, os puedo asegurar que he aprendido la lección, y solo deseo no volver a equivocarme en eso mismo. Y digo en eso mismo, porque estoy convencida que volver a fallar, porque siempre hay intentos fallidos o errores. Si no los hubiera seriamos maquinas, y eso aún no ha sucedido.

Este correctivo me ha ayudado a aprender de mis errores, a darme cuenta que si nos propones algo y ponemos todo nuestro empeño lo podemos lograr y que los instintos, si se quiere, se pueden controlar. 

Con todo eso, al final de los diez días llego una gran tarea que compenso, un poco, bueno mucho, porque os voy a engañar, todos estos días sin poder explotar y entregar mi placer a mi Amo.
Así que…