Hoy, seis de noviembre, hace
cinco días que te fuiste y me mandaste una tarea, o mejor dicho un reto. Y no
uno cualquiera. Un gran reto. En un primer momento mi reacción no fue muy
adecuada, me puse muy nerviosa y me entro un poco el miedo que siento siempre
frente algo nuevo. O mejor dicho, me entro pánico. Me sentía totalmente sola e
incapaz de realizar-lo. Pero después de nuestra conversación logre calmarme y
darme cuenta que era capaz de enfrentarme a mis miedos, coger el toro por los
cuernos y pensar positivamente “Yo puedo”.
Así que durante dos días
estuve pensando y meditando como llevaría a cabo la tarea de lograr orgasmos en
sitios públicos sin ser vista. Imaginación al poder, fue tu frase. Vaya como me
reí. Mi imaginación es poderosa pero a veces no lo es tanto.
El primero fue el domingo tres
de noviembre, o mejor dicho el primer intento. Tenía concentración de gigantes,
así que decidí utilizar la bala. Me sentía nerviosa y a la vez con ganas de
probarla. Así que cuando llegue con todo el mundo la puse en marcha a una
velocidad normal, ni muy lenta ni muy rápida. Notaba como todo el cuerpo iba
reaccionando, como los colores me iban subiendo, el orgasmo que se iba
generando y cuando estaba a punto de explotar…las pilas se terminaron.
Maldición me quede con las ganas. Primer intento fallido.
El segundo intento fue el
martes. Esta vez con las bolas chinas. Me levante nerviosa porque sabía lo que
me esperaba. Pero no sabía ni como ni cuando lo realizaría. Ese día quede con
una amiga, estuve todo el día con ella. Por la tarde decidimos ir a tomar algo
y pensé que era mi oportunidad. Fui al baño para prepárame y cuando me senté en
la mesa las puse en marcha. El bar estaba lleno, y era una pequeña tortura, era
incapaz de concéntrame con la conversación, el movimiento de las bolas era
rápido e intentaba que no se notara. El orgasmo iba creciendo y con él mis
nervios. Al cabo de un rato, cuando mi amiga se fue y me quede sola en la mesa
esperándola, leyendo el periódico me deje llevar para poder disfrutar del momento.
Por dios…aquello fue espectacular. No logre un orgasmo, sino dos y fueron la
bomba. La lástima es que solo contaba uno. Esta vez salio bien. Ya llevaba uno
de cinco. Me sentía feliz y orgullosa porque terminaba de darme cuenta de que
si lo podía hacer.
El tercero fue el jueves. Salí
a pasear, hacia buen tiempo y decidí sentarme en un banco para notar el calor
del sol y observar la gente pasar. Es algo que me gusta mucho. Sentarme,
observar e imaginar. De repente me dí cuenta que era un buen momento para
intentarlo por tercera vez e intentar logar el objetivo, el segundo orgasmo.
Como no estaba planeado no tenía ningún juguete a mano, así que lo tenía que
hacer disimuladamente. Al ir sin ropa interior me facilito un poco la tarea. Disimuladamente
me desabroche los pantalones, tapada por el bolso, suerte que ese día lo
llevaba grande y por el abrigo, empecé a acariciarme suavemente. Hacerlo es
algo que me relaja, a parte de ponerme a tono. Con los ojos cerrados,
disfrutando del calor del sol empecé a notar como el orgasmo se iba generando.
Al principio era suave, pero sin parar y aumentando un poco el ritmo al final
se transformo en algo increíble. Con un ojo medio abierto, controlaba a la
gente, no es que fuera la calle más tranquila del pueblo, pero alguna que otra
vez disminuya el nombre de viandantes, así que iba aguantando, esperando el
momento adecuado…aquel momento en que pasan coches y alguna que otra persona.
Pero esto no ocurría, la gente aquel día decidió pasear por aquella calle, así
que cuando no puede más lo deje salir. Un orgasmo pequeño pero muy intenso. Así
que otro logro. Ya llevaba dos de cinco.
Al día siguiente, viernes, tuve otra oportunidad.
Tenía que ir a conectarme a Internet e iba a desayunar en un bar. Esta vez
decidí volver a intentarlo con las bolas. Salí de casa con ellas puestas y en
marcha para ir calentando motores. Al llegar al bar, me senté en
una mesa, la idea era encontrar alguna que estuviera bastante aislada, pero no
fue posible. Pedí el desayuno, un poco nerviosa, las bolas no paraban de
moverse y por lo tanto el cuerpo empezaba a reaccionar. Después de pedir el
desayuno decidí aumentar el ritmo de las bolas y con el ritmo aumento mi
humedad, aquello parecía que seria inminente pero no fue así, aunque notaba como
se generaba el orgasmo en mi interior y luchaba para salir, no lo hacia. Cuando
me pasa eso me pongo muy nerviosa y por supuesto eso no ayuda. Cuando me
trajeron el desayuno me relaje disfrutando de él y de la lectura, supongo que
eso también relajo mi cuerpo y de repente note como el orgasmo estaba a punto
de salir en escena. Seguí leyendo el periódico, bueno en realidad leí seis
veces el titular, no era capaz de seguir…estaba concentrada con la reacción del
cuerpo. Por lo que se generaba en mi interior parecía que seria uno grande y
eso provoco que mi mente empezara a pensar: ¿Cómo lo disimulare? ¿Lo notaran?,…
pero por suerte puede disimularlo y disfrutar del momento. Aunque si hubiera
estado sola el orgasmo también hubiera salido en forma de gritos. Aquello fue
la bomba. Feliz por mi logro, tres de cinco, fui a ver si tenia trabajo…aquel
día fue redondo, una vez más me superaba y me daban trabajo. Mejor imposible.
Salí del bar pensando que me
quedaban dos y no sabía ni como ni cuando realizarlos. Pero encontraría la
forma. Y por supuesto la encontré.
El sábado sin pensarlo se
produjo el momento adecuado. Estaba en la calle, esperando a que me recogieran,
así que aproveche la ocasión. Al igual que la otra vez, disimuladamente me
desabroche los pantalones y empecé a jugar. El ritmo fue creciendo, sentía como
el clítoris se hinchaba entre mis dedos y como luchaba para dejar salir el
orgasmo, pero era pequeño, no me gustaba, quería que fuera uno grande e
explosivo, así que intente aguantar un poco. Aunque no puede aguantarlo mucho,
no porque no quisiera sino porque estaban a punto de llegar, así que empecé a
aumentar los movimientos, esta vez no me quedaría a medias, y si los vecinos de
la calle me veía pues…mejor para ellos. Por primera vez no pensé en los demás y
me concentre en mí. El orgasmo salió, rápido e intenso, justo cuando mi amiga
llegaba. Me fue de un par de segundos. Pero me sentía satisfecha, muy
satisfecha, porque ya solo me quedaba uno y porque no imagine que sería capaz
de realizarlo. Definitivamente me sorprendí muchísimo de mis reacciones. Pero
no negaré que lo pase mal y que en algún momento estuviera a punto de tirar la
toalla y no seguir. Pero yo misma me decía que no podía parar, no podía
defraudar a mi Amo ni a mi misma. Y que lo estaba intentando, si no salía bien,
no era un fracaso sino una pequeña derrota que se debería de seguir trabajando
para mejorar.
Con esto me faltaba uno, era
ya final de semana, el tiempo establecido se acababa y no sabía como lo
llevaría acabo. Pero tuve una agradable sorpresa. Te pusiste en contacto
conmigo y jugamos juntos un rato. Aunque este momento lo disfrute muchísimo,
también lo pase mal, muy mal. Ya que jugué con mi madre al lado, por suerte
estaba durmiendo y yo estaba tapada con la manta, pero ¿que hubiera pasado si
hubiera abierto los ojos? No lo sé y mejor no pensarlo, la cuestión es que
estuvimos jugando, que fui capaz de correrme en cuando tú me dabas permiso y
siguiendo las condiciones y después de este gran momento me hiciste saber que
dabas por terminada la tarea. Y que había logrado el reto. En definitiva fue
una semana muy interesante, divertida y llena de grandes sensaciones: control,
descontrol, miedo, vergüenza, placer,…todos ellos mezclados me hicieron vivir
una de las semanas más intensas de mi vida.