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dissabte, 23 de novembre del 2013

CINCO ORGASMOS (1)

Hoy, seis de noviembre, hace cinco días que te fuiste y me mandaste una tarea, o mejor dicho un reto. Y no uno cualquiera. Un gran reto. En un primer momento mi reacción no fue muy adecuada, me puse muy nerviosa y me entro un poco el miedo que siento siempre frente algo nuevo. O mejor dicho, me entro pánico. Me sentía totalmente sola e incapaz de realizar-lo. Pero después de nuestra conversación logre calmarme y darme cuenta que era capaz de enfrentarme a mis miedos, coger el toro por los cuernos y pensar positivamente “Yo puedo”.

Así que durante dos días estuve pensando y meditando como llevaría a cabo la tarea de lograr orgasmos en sitios públicos sin ser vista. Imaginación al poder, fue tu frase. Vaya como me reí. Mi imaginación es poderosa pero a veces no lo es tanto.




El primero fue el domingo tres de noviembre, o mejor dicho el primer intento. Tenía concentración de gigantes, así que decidí utilizar la bala. Me sentía nerviosa y a la vez con ganas de probarla. Así que cuando llegue con todo el mundo la puse en marcha a una velocidad normal, ni muy lenta ni muy rápida. Notaba como todo el cuerpo iba reaccionando, como los colores me iban subiendo, el orgasmo que se iba generando y cuando estaba a punto de explotar…las pilas se terminaron. Maldición me quede con las ganas. Primer intento fallido.

El segundo intento fue el martes. Esta vez con las bolas chinas. Me levante nerviosa porque sabía lo que me esperaba. Pero no sabía ni como ni cuando lo realizaría. Ese día quede con una amiga, estuve todo el día con ella. Por la tarde decidimos ir a tomar algo y pensé que era mi oportunidad. Fui al baño para prepárame y cuando me senté en la mesa las puse en marcha. El bar estaba lleno, y era una pequeña tortura, era incapaz de concéntrame con la conversación, el movimiento de las bolas era rápido e intentaba que no se notara. El orgasmo iba creciendo y con él mis nervios. Al cabo de un rato, cuando mi amiga se fue y me quede sola en la mesa esperándola, leyendo el periódico me deje llevar para poder disfrutar del momento. Por dios…aquello fue espectacular. No logre un orgasmo, sino dos y fueron la bomba. La lástima es que solo contaba uno. Esta vez salio bien. Ya llevaba uno de cinco. Me sentía feliz y orgullosa porque terminaba de darme cuenta de que si lo podía hacer. 

El tercero fue el jueves. Salí a pasear, hacia buen tiempo y decidí sentarme en un banco para notar el calor del sol y observar la gente pasar. Es algo que me gusta mucho. Sentarme, observar e imaginar. De repente me dí cuenta que era un buen momento para intentarlo por tercera vez e intentar logar el objetivo, el segundo orgasmo. Como no estaba planeado no tenía ningún juguete a mano, así que lo tenía que hacer disimuladamente. Al ir sin ropa interior me facilito un poco la tarea. Disimuladamente me desabroche los pantalones, tapada por el bolso, suerte que ese día lo llevaba grande y por el abrigo, empecé a acariciarme suavemente. Hacerlo es algo que me relaja, a parte de ponerme a tono. Con los ojos cerrados, disfrutando del calor del sol empecé a notar como el orgasmo se iba generando. Al principio era suave, pero sin parar y aumentando un poco el ritmo al final se transformo en algo increíble. Con un ojo medio abierto, controlaba a la gente, no es que fuera la calle más tranquila del pueblo, pero alguna que otra vez disminuya el nombre de viandantes, así que iba aguantando, esperando el momento adecuado…aquel momento en que pasan coches y alguna que otra persona. Pero esto no ocurría, la gente aquel día decidió pasear por aquella calle, así que cuando no puede más lo deje salir. Un orgasmo pequeño pero muy intenso. Así que otro logro. Ya llevaba dos de cinco.  
 
Al día siguiente, viernes, tuve otra oportunidad. Tenía que ir a conectarme a Internet e iba a desayunar en un bar. Esta vez decidí volver a intentarlo con las bolas. Salí de casa con ellas puestas y en marcha para ir calentando motores. Al llegar al bar, me senté en una mesa, la idea era encontrar alguna que estuviera bastante aislada, pero no fue posible. Pedí el desayuno, un poco nerviosa, las bolas no paraban de moverse y por lo tanto el cuerpo empezaba a reaccionar. Después de pedir el desayuno decidí aumentar el ritmo de las bolas y con el ritmo aumento mi humedad, aquello parecía que seria inminente pero no fue así, aunque notaba como se generaba el orgasmo en mi interior y luchaba para salir, no lo hacia. Cuando me pasa eso me pongo muy nerviosa y por supuesto eso no ayuda. Cuando me trajeron el desayuno me relaje disfrutando de él y de la lectura, supongo que eso también relajo mi cuerpo y de repente note como el orgasmo estaba a punto de salir en escena. Seguí leyendo el periódico, bueno en realidad leí seis veces el titular, no era capaz de seguir…estaba concentrada con la reacción del cuerpo. Por lo que se generaba en mi interior parecía que seria uno grande y eso provoco que mi mente empezara a pensar: ¿Cómo lo disimulare? ¿Lo notaran?,… pero por suerte puede disimularlo y disfrutar del momento. Aunque si hubiera estado sola el orgasmo también hubiera salido en forma de gritos. Aquello fue la bomba. Feliz por mi logro, tres de cinco, fui a ver si tenia trabajo…aquel día fue redondo, una vez más me superaba y me daban trabajo. Mejor imposible.
Salí del bar pensando que me quedaban dos y no sabía ni como ni cuando realizarlos. Pero encontraría la forma. Y por supuesto la encontré.


El sábado sin pensarlo se produjo el momento adecuado. Estaba en la calle, esperando a que me recogieran, así que aproveche la ocasión. Al igual que la otra vez, disimuladamente me desabroche los pantalones y empecé a jugar. El ritmo fue creciendo, sentía como el clítoris se hinchaba entre mis dedos y como luchaba para dejar salir el orgasmo, pero era pequeño, no me gustaba, quería que fuera uno grande e explosivo, así que intente aguantar un poco. Aunque no puede aguantarlo mucho, no porque no quisiera sino porque estaban a punto de llegar, así que empecé a aumentar los movimientos, esta vez no me quedaría a medias, y si los vecinos de la calle me veía pues…mejor para ellos. Por primera vez no pensé en los demás y me concentre en mí. El orgasmo salió, rápido e intenso, justo cuando mi amiga llegaba. Me fue de un par de segundos. Pero me sentía satisfecha, muy satisfecha, porque ya solo me quedaba uno y porque no imagine que sería capaz de realizarlo. Definitivamente me sorprendí muchísimo de mis reacciones. Pero no negaré que lo pase mal y que en algún momento estuviera a punto de tirar la toalla y no seguir. Pero yo misma me decía que no podía parar, no podía defraudar a mi Amo ni a mi misma. Y que lo estaba intentando, si no salía bien, no era un fracaso sino una pequeña derrota que se debería de seguir trabajando para mejorar.

Con esto me faltaba uno, era ya final de semana, el tiempo establecido se acababa y no sabía como lo llevaría acabo. Pero tuve una agradable sorpresa. Te pusiste en contacto conmigo y jugamos juntos un rato. Aunque este momento lo disfrute muchísimo, también lo pase mal, muy mal. Ya que jugué con mi madre al lado, por suerte estaba durmiendo y yo estaba tapada con la manta, pero ¿que hubiera pasado si hubiera abierto los ojos? No lo sé y mejor no pensarlo, la cuestión es que estuvimos jugando, que fui capaz de correrme en cuando tú me dabas permiso y siguiendo las condiciones y después de este gran momento me hiciste saber que dabas por terminada la tarea. Y que había logrado el reto. En definitiva fue una semana muy interesante, divertida y llena de grandes sensaciones: control, descontrol, miedo, vergüenza, placer,…todos ellos mezclados me hicieron vivir una de las semanas más intensas de mi vida.