Pàgines

divendres, 6 de desembre del 2013

DE TODO UN POCO

El tiempo pasa, cada vez estoy más segura y con menos miedos, pero eso no significa que aún tenga pequeñas dudas y/o pequeños miedos. Si mirara atrás, y hiciera lo que me recomendó mi Amo, releer mi blog, estoy segura que seria más consciente de todo lo que he avanzando, cambiado y mejorado. Pero aún no me siento lista para mirar atrás. Y por eso, él ya se encarga en algunos momentos de hacerme ver todos mis pasos y cuando lo hace yo misma alucino de todo lo que soy capaz, no solo de resistir, sino de hacer y lograr. Y os puedo decir que me siento muy orgullosa de todo lo que hago y consigo. Pero sobretodo porque mi Amo esta orgulloso de mi. Saber que esta contento y orgulloso me provoca una inmensa sonrisa y me anima a realizar mis tareas con todo mi empeño.



Esta semana que estamos a punto de terminar tuve una tarea nueva. Distinta a todas las realizadas hasta día de hoy. Ya que se mezclaban distintos juguetes y muchas sensaciones:

Miedo
Placer
Nervios
Sorpresa


Todas estas sensaciones, entre otras, provocaron en mí, antes de empezar: inseguridad y lágrimas. 
Hay un porque, entre las palabras escritas de mi Amo leí pinzas. Por malas experiencias pasadas, parecía que habían desaparecido de nuestros juegos, ya no las esperaba y con solo leer esa palabra me entraron todos mis miedos. Así que, empezar la tarea no fue fácil. Estaba nerviosa con la idea de jugar con las pinzas, sabia que lo había de lograr y eso me ponía aún más nerviosa, si no lograba realizar la tarea entera, tendría un castigo, y evitarlo era mi motivación para relajarme y poner todo mi empeño para lograr realizar la entera.
Una vez preparada, con todos los juguetes preparados: pinzas y consoladores, empecé con la tarea de cinco pasos a seguir.  

  1. 4 pinzas en cada pecho y una en cada pezón:  Un total de diez pinzas. Lentamente las fui colocando. Primero las cuatro en cada pecho y por ultimo las del pezón. Poner las cuatro primeras pinzas fue doloroso pero muy soportable y bastante placentero. Las que más miedo me daban las que tenia que poner en los pezones. Cuando coloque la penúltima pinza fue bien, pero la ultima…fue muy difícil. Era muy doloroso, no me veía capaz de dejarla, cada vez que lo intentaba me tensaba, hasta que decidí coger aire profundamente y ponerla. Si, era doloroso pero ya estaba puesta y yo podía. Parecía que no iba a ser capaz de proseguir, pero me arme de valor y fui a por el segundo paso.
  2. 5 pinzas en el sexo, dos en cada labio y una en el clítoris: Poner las cuatro de los labios fue bien y la quinta también. Sentía como el dolor se iba convirtiendo en placer, había momentos que estaba dispuesta a parar, y pero cuando en mi mente se cruzaba la palabra castigo, intentaba controlar las lagrimas y convertir el dolor el placer. Una vez más controle mi impulso a parar y me dí cuenta que lo resistía. Me sentía feliz y dispuesta a seguir el tercer paso.
  3. Colocar una pinza más en el clítoris: este paso no fue nada fácil. Tuve algún que otro problema. Se resista a aguantarse y cunado la dejaba aquello era casi insoportable. Pero lo hice, no estaba dispuesta a defraudar a mi Amo, ni a mí. Algunas veces soy un tanto cabezota. Después de darme cuenta que lo podía aguantar fui a por el cuarto paso.
  4. Consolador grande en el sexo y lograr un orgasmo: Así que agarre el consolador grande, lo moje con mi saliva para facilitar la entrada, aunque estaba tan mojada que creo que no hubiera sido necesario. Lentamente lo introduje en mi interior. Sentir como iba entrando me llenaba de placer, era casi imposible intentar aguantar el orgasmo. Con cada pequeño movimiento del consolador este luchaba para salir, pero lo reteni todo lo que puede, cuando ya no pude más lo deje salir, lo libere, por dios…que orgasmo le entregue a mi Amo, fue increíble. Finalmente llego el ultimo paso.
  5. Introducir el consolador pequeño en el ano: La doble penetración, no fue tarea fácil. Después de humedecer el consolador con mis fluidos, volví a introducir el consolador grande en el sexo y acto seguido introduje el pequeño en el culo. Se escapaba y no quería quedarse dentro. Eso me ponía de los nervios, pero después de varios intentos y muchísimo placer… ¡boom! Otro maravilloso orgasmo, que me dejos sin fuerzas.  


Así que poco a poco quite un consolador, después el otro, y con mucho cuidado, muchos mimos y alguna que otra lágrima, fui quitándome las pinzas. Me sentía agotada, feliz y con mucha adrenalina acumulada. Me tumbe en mi cama, desnuda, solo tapada por las sabanas y me deje ir. De mis ojos no paraban de brotar lágrimas de felicidad que me ayudaban a relajarme. Necesitaba vaciarme, al igual que me vacíe de placer. Sentir el calor de mi Amo, felicitándome y dándome consuelo. Fue un momento duro, fue una tarea difícil, pero en resumen hubo mucho dolor y mucho placer.

Me entrego a ti, mi Amo, con todo mi corazón y mi alma.

 Gracias por todo. Tu perrita que no solo te venera, sino que también te quiere.