Pàgines

diumenge, 3 de maig del 2015

LO HAS PERDIDO

Una de las sesiones que más me gustan, son las sesiones de noche. Las de antes de ir a dormir. Me gustan mucho, sobretodo, por como empiezan y por como acaban. Eso no quiere decir que lo que sucede en medio no sea increíble. Pero estas sesiones, me gustan especialmente, como ya he dicho por el inicio y por el final.
Empiezan suavemente, unas manos grandes y suaves van trepando por el culo, espalda, tetas, barriga y…coño. Es como si pequeñas hormigas recorrieran el cuerpo, despacio, estudiándolo y buscando el botón de la activación. Lo recorren sin prisa pero sin pausa. Explorando el terreno. Algunas veces esas manos se detienen en el pecho y empiezan a analizarlos con más profundidad, a acariciarlos, a estrujarlos. Esas manos, juegan con los pezones, los pellizcan, los retuercen con fuerza, los golpetean, los aprieta, tiran de ellos. De suave a fuerte. Cada vez con más intensidad. Dando lugar al placer a través del dolor controlado. Y yo, involuntariamente, pido más, susurrando, como si quisiera que mi Amo no me oyera, pero me oye. 

Amo…más fuerte…por favor. Es arriesgado, lo sé. Frente a esta petición puede haber dos reacciones.

La primera… ¡zas! Aquí mando yo. Tú no pides. Simplemente obedeces.

La segunda… ¿Así, perrita? ¿Te gusta que apriete fuerte? Oh sí Amo. En estas ocasiones el cuerpo se activa mucho más, empiezan los movimientos involuntarios, la espada se curva para buscar más acercamiento a la mano torturadora de placer, buscando el roce con algo para ayudar a liberar el placer que va subiendo en forma de orgasmo.

Poco a poco, esas manos van caminando a otro lugar a explorar, bajan lentamente hasta el monte de venus, o también conocido, como el coño. Lo explora con mucha precisión, sin dejar una zona para explorar,  para darse cuenta que está húmedo, muy húmedo. Que con aquellas caricias se va humedeciendo mucho más y como, el cuerpo,  va buscando un roce más profundo para explotar. Aquí empiezan las maniobras torturadoras. Yo, solo deseo explotar para entregarle a mi Amo el placer que se va acumulando. Pero tú, Amo, tienes ganas de jugar, de torturar, de comprobar mi resistencia y juegas. Juegas con el clítoris resbaladizo. Introduces tus dedos con profundidad en esta cavidad que te pertenece. Y, yo, tu sumisa, se va volviendo loca bajos tus efectos. No podre más, necesito liberarme, pero no me dejas, tengo que aguantar. El cuerpo empieza a temblar, la voz no me sale, no tengo fuerzas ni para suplicarte. Por favor Amo, susurro. Y en algún momento… ¡córrete para mi Puta! Y por fin me libero y te lo entrego todo y más.

En otras ocasiones, las manos no se detienen hasta llegar al coño. Otro botón de activación. Esas manos mágicas empiezan con pequeños pellizcos, de arriba abajo. Lentamente se van acercando al clítoris y cuando han logrado cazarlo…empieza otro tipo de tortura, un poco más agradable. Pellizcos de más a menos intensidad, retorcimientos de menos a más largos. Suaves caricias para relajarlo y humedecerlo con mis jugos. Todas esas maniobras provocan sentir como el clítoris se va descapuchando como una flor, y como va creciendo y creciendo. Como sale de su caparazón para facilitarte el exceso a él. Notando como el placer se va acumulando y en algún momento, con tu permiso y con tu, Amo, lo deseas, el placer que se ha acumulado se libera con una gran explosión final.
Estos preliminares, son menos o más largas según tu deseo, pero siempre son especiales. Es un inicio suave y tierno. ¿Quién dice que el BDSM no puede ser suave y tierno por un lado y por otro doloroso y placentero?

Algunas veces, no muchas, la explosión no llega. ¿Por qué? No lo sé, pero puede haber varias razones:
  1. Puede ser porque mi Amo así lo ha decidido
  2. O porque he perdido la oportunidad.

Por regla general, si no exploto es por la primera razón, y que me nieguen el orgasmo me enfada, pero lo controlo y ya lo proceso mucho mejor, tengo que confesar, que por mi suerte son pocas las ocasión de negación al orgasmo, y por eso des de aquí te lo agradezco una vez más Amo. Muchísimas gracias Amo. Cuando se da esta razón, respiro hondo, lo proceso y acato sin rechistar. Pero…pero cuando el orgasmo lo he perdido por mi culpa, por no haberlo logrado cuando se me ha dado la oportunidad y la orden,…eso no me enfada, eso me fastidia, me cabrea,…utilizaría diferentes términos y cada cual mucho pero. Porque una cosa es cuando mi Amo lo decide, pero otra muy diferente es cuando lo pierdo por mi culpa. Por no haber puesto todo mi empeño y haberme quedado en el umbral.

Cada sesión, tarea, es una lección y un aprendizaje. Y cada día se aprende algo nuevo, que nos ayuda a progresar a mejor, a seguir en mi doma, en nuestra relación, y porque no decirlo, a conocernos un poco más. Porque con explosión o sin ella, cada sesión es única y un buen aprendizaje. Y con explosión o sin ella, los finales de estas sesiones siempre son un caramelo. Un fuerte abrazo largo y tierno, mientras yo, libero la tensión acumulada, a través de lágrimas, lágrimas de emoción o de impotencia. Por siempre, terminamos en abrazos y caricias suaves y relajantes, que me ayudan a volver en mí, para poder descansar mucho mejor. Feliz y orgullosa. Nos despedimos con un beso tierno y un hasta mañana Amo. Cerramos los ojos abrazados, hasta que nos damos la vuelta y dejamos que el cansancio y la satisfacción nos invade y nos quedemos fritas para el día siguiente amanecer con las sesiones de…¡buenos días puta, en posición!



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada

Nota: Només un membre d'aquest blog pot publicar entrades.