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dimecres, 24 de juny del 2015

LIENZO EN BLANCO. COLOR: ROJO

Para quién no lo sepa, el BDSM también puede ser arte. Al menos des de mi punto de vista. En esta ocasión mi Amo ha usado un lienzo en blanco, el cuerpo que le pertenece, y un color muy especial, el rojo. ¿A quién no le gusta poder pintar de ese color tan fantástico? Es la oportunidad de dar un toque especial e único y a la vez lucirlo con mucho orgullo.
Por si no lo sabéis, en este tipo de arte siempre hay dos artistas, el Amo y la sumisa. En ocasiones el Amo es el artista directo y en otras ocasiones, lo es la sumisa. Y durante dos semanas, el artista encargado de pintar el lienzo en blanco he sido yo, bajo la estricta supervisión de mi Amo, siguiendo sus indicaciones para que el resultado final fuera el mejor cuadro realizado en los tiempos.

El trabajo se realizó en dos ciclos, un total de dos semanas, pintando a base de azotes cada día una zona diferente. Así el primer ciclo empezó un jueves y finalizo un martes con un orden muy establecido: culo, teta derecha, teta izquierda, coño, espalda y entre piernas. Para el siguiente miércoles volver a empezar en el mismo orden y terminar el lunes por la noche.

Así que cada día, después o antes de cenar, tenía la suerte de poder elegir el mejor momento y dedicarme a pintar una zona del cuerpo frente la ventana del comedor. Y cada día, al finalizar, sí a mi Amo le gustaba tenia premio. Evidentemente, frente la ventana también. Así que siempre, antes de empezar, me colocaba frente la ventada del comedor, con la persiana subida hasta arriba y la cortina por la mitad. Respiraba hondo para relajarme, bien expuesta y entregada, para sin dudar ni pensar en que podía haber algún espectador (si así fue el caso mejor para él) empezaba azotar la zona elegida.
Durante el primer ciclo realice 30 azotes intensos por lado en cada zona. Así pues, unos 60 azotes diarios. Menos en las tetas que era una por día y en el coño. Durante el segundo ciclo, la cantidad subió a 35 azotes por lado en cada zona manteniendo la intensidad de los azotes, por regla general. Poco a poco la artista fue pintando su lienzo en blanco, repartiendo los azotes para lograr un color generalizado.

En general eran azotes intensos y pausados, para sentirlos e interiorizarlos. Notando como el cuerpo iba reaccionando, como se excitaba y se humedecía. Como el clítoris se iba descapuchando, haciendo acto de presencia saludando a nuestros posibles invitados. Azotes bien repartidos para intentar alcanzar toda la zona. Algunas zonas son más fáciles de azotar uniformemente que otras. Azotes, que según el día, fueron un poco menos intensos y más pausados, sobretodo en el segundo ciclo, para lograr cumplir con los objetivos y dar lo mejor de mí.
¿Pero porque variar la intensidad o para más a menudo? Puede que os preguntéis. Como he dicho el director de la obra era mi Amo, pero tal y como me dijo antes de empezar a pintar el cuadro yo tenía el “pincel” en mano, la batuta. Él ordenaba y yo ejecutaba. Yo marcaba la intensidad y el número de azotes. Porque yo soy quién mejor conoce mi resistencia al dolor y si soy capaz o no de superar ese límite o no.  Era muy consciente que la primera zona marcaría el ritmo de las otras. Y no es lo mismo empezar por el culo que por el coño. De esta forma cada día era el mismo número y la misma intensidad, pero más o menos pausados, con más o menos paradas tácticas para relajar y seguir, o con mezcla de intensidades. Según la resistencia o sensibilidad.
Y como buena aprendiz, por poner todo mi esmero y empeño, cada día al finalizar de dar color a la zona, mi Amo me daba el premio. Vaya premios. Siempre frente la ventana, bien expuesta. Notando cuando introducía los dedos como había reaccionado el cuerpo a los azotes. Buscando el orgasmo escondido y cuando llegaba al límite aguando los segundos establecidos previamente por mi Amo. Empezaron a 10 segundos y se fue complicando hasta 18. Porque como dice mi Amo a este nivel debe de ser difícil y duro para que el logro sea más satisfactorio. Os puedo asegurar que no es nada fácil aguantar hasta 18. Pero poniendo todo mi empeño y aguante lo logre. Puede que fuera más difícil aguantar el 16, 17 y 18, porque no me había preparado bien mentalmente y porque no lo controlaba. Hasta 10/15 lo tenía controlado y logrado, pero no es negare que algunas veces estoy a punto de perder el control. Pero por regla general, soy capaz de canalizar la necesidad de explotar y hacerlo en el momento justo, ni antes ni después, en el tiempo establecido. Así, que a día de hoy, creo que puedo decir que domino bastante la técnica hasta 15. Y que de aquí para delante hay que seguir 
trabajando para lograrlo con más facilidad.

La verdad sea dicha es que el resultado final del cuadro, ha sido fantástico. Se ha logrado una composición de rojos y marcas únicas en el mundo que, solo yo, ha podio lucir bien orgullosa por la tarea bien hecha. Han sido dos semanas intensas, con días con mucha mejor resistencia que otros. Que día tras día ha ido mejorando mi estado de tranquilidad y relajación. Que empecé por tener la luz cerrada para evitar transparencias y termine buscando aquella que fuera tenue y pensado que si se dejaba entre ver algo no pasaba nada. Otras ocasiones era todo el contrario, estaba más inquieta y esperaba la oscuridad total de la noche.
Pero la cuestión es que artista y aprendiz, Amo y sumisa, han logrado con creces los objetivos de la tarea: resistencia, intensidad y concentración. Y que los dos están orgullosos del resultado final. Dejando claro que esta tarea, marca un antes y un después.

Así que una vez más, gracias Amo por la confianza que tienes en mí. Por enseñarme y educarme. Por no perder la paciencia y por seguir queriendo domarme para que llegue a ser la puta perra que te pertenece  que te mereces.


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