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diumenge, 6 de setembre del 2015

MOMENTOS INTIMOS

15-08-15
Los encuentros con mi Amo no son muy frecuentes y por eso puede que penséis: cuando os encontráis lo dais todo. Y si, así es. Nos entregamos el uno al otro. Hay entrega, haz azotes, hay sesiones de doma pero también hay momentos íntimos. Aquellos momentos que son dulces, tiernos, suaves y de mucha pasión. De hecho, esta última, la pasión, siempre esta, sea el momento que sea. En los momentos íntimos no hay una fusta por en medio, no hay dolor, solo hay placer y entrega.
En este nuevo encuentro, la segunda ocasión en los meses de verano en el que hemos estado juntos, hubo dos momentos íntimos. Dos momentos únicos y especiales, dos momentos tiernos. Y yo, ahora que estoy escribiendo este post, me pregunto: ¿Es que a caso en una relación D/s no pueden haber este tipo de momentos o sesiones? Pues yo creo que sí, y puedo afirmar, que yo los tengo. Y me gusta tenerlos. Me gusta llegar al placer a través del dolor, me gusta entregarme a mi Amo en cuerpo y alma y seguir sus directrices. Con el dolor, con sus órdenes mi cuerpo, el que le pertenece a mi Amo, reacciona, se activa y a través de las sesiones y tareas entrego a mi Amo todo mi placer. Y durante los momentos íntimos también se lo entrego, pero llego a él a través de otras sensaciones: caricias suaves, voces susurradas,… son momentos de fantasear, de dejar volar la mente y llevarla más allá de la realidad. ¿Fantasear? Si, fantaseamos en sesiones bdsm que a día de hoy no se han dado: estar en una mazmorra, tener público,… Estos momentos íntimos también son momentos en que el cuerpo es dominado por unas manos tiernas, si las misma manos que ayer me azotaron. Son momentos en que el cuerpo es dominado por unos besos tiernos procedentes de una boca que antes de ayer mordió los pezones. Son momentos que el cuerpo es dominado por el Amo dulce que forma parte del Amo severo que me usa con fuerza, que me azota intensamente en otras ocasiones. Son momentos donde se respiran otras sensaciones, donde otros sentimientos florecen y salen a la luz sin control ni censura. Momentos únicos dónde los dos jugamos a querernos.
Sí, los dos necesitamos el dolor para nuestro placer, pero también necesitamos ternura de vez en cuando. Momentos de mimos, de besos, de caricias. Pero sin dejar de lado el control de la situación. Mi Amo manda, controla y yo obedezco. Pero estos momentos íntimos, cuando aparecen me vuelven loca.  
Algunas veces, durante estos momentos, o en los otros momentos, mi Amo me susurra al oído “guarradas”. No sabéis como me activan esos susurros. Sí, me gusta escuchar lo que me haría y me gusta decirle lo que me imagino yo. Mi fantasía personal y a la vez nuestra fantasía conjunta. Encontrarla e imaginar: que haría, dónde lo haría (un potro,…), imaginar que hay otra gente mirándonos, o participando. ¿Quién ha dicho que estos momentos íntimos no pueden ser intensos?
Descubrir que las “guarradas” me activan se dio en uno de esos momentos. Nunca imagine que mi cuerpo se pudiera activar con ellas y mucho menos que pudieran salir de mi boca, sin censura, sin control, diciendo lo que me pasaba por la cabeza y lo que aquel momento imaginaba o sentía. Es aquí donde floreció otra parte de mí que era desconocida para ambos. Cualquier ocasión es buena para conocer un poco mejor a la persona que forma parte de tu vida.

Bajo los susurros de mi Amo, bajo sus suaves caricias hay un cuerpo que va activándose, un cuerpo que se va humedeciendo, unos pezones que se van endureciendo, un cuerpo que disfruta de la suavidad igual que de la dureza. Sí, me gusta ser dominada por mi Amo, pero también me gusta disfrutar de mi compañero. Todo es posible, todo se puede compensar con las necesidades de cada momento. Hay momentos para todo. No están escritos ni pactados. Llegan cuando llegan y se deben disfrutar en cada momento. Así que seguiré entregándome en los momentos de tortura, en los momentos íntimos y en los momentos en que mi Amo lo desee. Pero al igual que hay sesiones duras e intensas y hay castigos, también están nuestros momentos íntimos, dónde la entrega, el control y las practicas BDSM no desaparecen. Cada encuentro es único, es especial y lo que el tiempo me ha enseñado es que no puedes ir con una idea hecha, porque cada ocasión es diferente. Así que día a día, encuentro tras encuentro nos vamos descubriendo y nunca son iguales. Eso es lo divertido. No se puede planear, no se puede esperar, solo hay que dejarse llevar. 

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