13-08-15
¿Qué he hecho yo para merecer esto? Nada,
simplemente ser sumisa. ¿Qué pretende con eso? Controlar el cuerpo que le
pertenece y que yo controle mi fuerza de voluntad.
Aún así no deja de ser una tortura que al final
termina con una gran explosión placentera. Pero el recorrido antes de llegar a
la meta es una gran tortura que va pasando por distintas etapas. La sesión de
tortura empezó después del descanso de la tarde, tumbada en mi sofá
tranquilamente, sin apartar los ojos de mi Amo, me gusta mucho mirarlo embobada
y sonriendo cómo una tonta. “Vas
acariciarte, pero no te correrás, te quiero caliente” ¡Mierda! Es mi primer
pensamiento. Pero no pasa nada, yo puedo. Es así como empieza la carrera, una
carrera de fondo y a la vez de obstáculos. Pero una vez sabes ese preliminar,
no te vas a correr, antes de salir hay los minutos de concentración y calentamiento:
respirar profundamente, concéntrate, cerrar los ojos y… ¡Boom! Empieza la
carrera.
DISPARO DE SALIDA: Relajadamente,
a buen ritmo, movimientos suaves y a un mismo ritmo. Pensamientos positivos: tú puedes, disfruta del momento, no hay
prisa para llegar al final, paso a paso.
PRIMEROS 500 METROS: Necesitas
aligerar el ritmo, te estas quedando atrás, el cuerpo pide más. Empiezas a
acelerar el ritmo, la respiración está más agitada, abres los ojos para
visualizar la meta. Amo…
OBSTÁCULO Nº1: Oh, oh… ¿Es
una carrera de obstáculos? No lo sabias. “Pon
un dedo dentro y mete-saca”. OBJETIVO: Salvar el obstáculo. Entrada del
dedo profundamente, dentro-fuera, notas como el orgasmo va subiendo y luchando
para llegar a la meta. “¿Amo puedo?” Vaya
pregunta, sabes que no pero…la esperanza es lo último que se pierde. “No, ya te he avisado, dime lo que eres y podrás
parar” No quiero parar, pero no tengo elección: SOY UNA PUTA PERRA EN CELO.
Obstáculo superado, puedo continuar en la carrera.
SIGUIENTES 500 METROS: La
carrera prosigue y yo sigo en ella. Suavizo el ritmo, voy relajando la
respiración y prosigo con las caricias. Pensamiento controlado. Todo va bien,
pero de repente… ¿falta mucho para la
meta? No lo sé, pero me siento bien, relajada y segura. Voy manteniendo el
ritmo, tampoco sé cuándo llegara el siguiente obstáculo y no sé de qué se
trata. Vuelvo a cerrar los ojos y voy corriendo poco a poco, no hay prisa, debo
controlar la situación y para lograr la meta.
OBSTÁCULO Nº2: De nuevo
necesito aumentar el ritmo, el cuerpo lo necesita y… “mete otro dedo que no sea el
mismo de antes y muévelo en círculos”. Nueva prueba a superar. No te rindas, mantén el ritmo. Primero círculos
lentos y grandes, poco a poco círculos más pequeños y más rápidos. “Dilo”
no quero, aún no, me gusta sentir el cosquilleo y puedo controlar, un poco más
hasta que la respiración se acelera y…SOY UNA PUTA PERRA EN CELO. Bravo por mí, otra vez lo he logrado.
PRIMERO 1500 METROS: Bien,
empiezo a sentir la frustración, empiezo a sentir el agotamiento físico, pero
la mente sigue bajo control. Cierro los ojos, voy relajándome, consigo mantener
el ritmo. Vamos chica, tú puedes, me
digo. Acaricio suavemente el coño, voy notando como el cosquilleo del anterior obstáculo
va desapareciendo y voy recuperando el control del cuerpo. Pero cada vez el
cosquilleo va subiendo más rápido. Abro los ojos desesperadamente, necesito ver
la meta, no parece cerca, ¿Cuánto falta
para llegar? Empiezo a flaquera, no sé si seré capaz de terminar la
carrera, pero no quiero tirar la toalla, eso no va conmigo. Vuelvo a cerrar los
ojos, me concentro, unos metros más,…abro los ojos, quiero visualizar la meta,
necesito visualizar, necesito terminar,…
OBSTÁCULO Nº3: ¿Sera el
ultimo? Noto cómo voy perdiendo el control del cuerpo, pero mi fuerza de
voluntad es mayor “Mete otro dedo y da golpecitos” Respiración profunda y a ritmo
ligero, empiezo a realizar la prueba, a superar el obstáculo, ni lenta ni rápidamente.
Pero este tercero obstáculo era rápido. El cosquilleo sube rápido, un
cosquilleo agradable. Me gusta la sensación, quiero dejarlo salir, quiero
sentirlo explotar,… SOY UNA PUTA PERRA EN CELO y… “saca”
META: Por fin se acerca la
meta, ya estoy llegando, ¿Seré la primera? Tengo que averiguarlo así que para
terminar… ¡zas!, ¡zas!, ¡zas!, tres azotes fuertes y … ¡carrera ganada! Prueba superada,
no ha sido fácil, nadie dijo que lo seria, pero lo he logrado. Y la ganadora es…SOCTEVA.
Su Amo la felicita.
Gracias Amo, muchísimas gracias.
Gracia a ti, perrita.
Momento de relajación y recuperación del biorritmo.
Ha sido una carrera dura pero la he superado. ¿Habrá otra carrera?
DIA DE TORTURA (II)
Parecía que la tortura había terminado. Durante el
resto del día fui capaz de sobrellevar la situación, controle el sentimiento de
frustración y me sentía feliz y relajada. Pero no note las ganas que tenía de
explotar hasta que llegó la noche, nos acostamos y mi Amo empezó a jugar
suavemente con las tetas que le pertenecen. Era una sensación agradable, por un
lado me invadía una sensación de relajación, notaba cómo todo el cuerpo entraba
en un estado de quietud y poco a poco, esta quietud empezó a convertirse en
placer. Empezaba a subir y no me bastaba con aquello: caricias, tirones,… me
gustaba, pero necesitaba más.
Aquello era una tortura y empezaba a… ¿Decepcionarme?
¿Perder el control? ¿Sintiendo frustración? Solo sé que sin saber por qué
motivo empecé a llorar. Sí, sí, a llorar. No podía más. Aquello estaba siendo
una tortura, ya no era divertido, ya no gozaba, tenía ganas de chillar: ¡Basta!
¡Para!. Era imposible hasta que con el permiso de mi Amo, un pequeño orgasmo
que subía, puede explotar ligeramente. No era suficiente, necesitaba más y mi
Amo me lo dio. No fue fácil, lo soporte, me deje llevar, me desinhibí y por fin…explote,
vacié todo la tensión acumulada de todo el día. Explote en mil pedazos. Estaban
tan al fondo que no querían salir, o mejor dicho, salían en pequeñas dosis y no
era suficiente. Empecé a frústrame: ¡Amo! ¡No salen! “concéntrate perrita”
Respire y… y… ¡fue la leche! Si, por fin lo había logrado, fue una gran
explosión final. Una explosión intensa, por fin podía aliviar el cuerpo y
liberarme. Fue un día muy tortuoso pero con un gran final.
Fue una experiencia dura y satisfactoria. Frustrante
y agradable. En una primera tanda logre sobrellevar la situación. Controle los
impulsos y en ningún momento le pedí más
mi Amo, porque no toca, porque no soy yo la que elige. Es mi Amo quién
toma las decisiones y lo respeto. Y, por fin, llegó esta ocasión, en esta
primera tanda controle la situación. Por primera vez no tuve la necesidad de
pedir más en una sesión de torutra. Pero ese control se perdió en en la segunda
tanda. Aquello fue peor que jugar con la pluma. Y si, lo reconozco, en esta
segunda tanda, no pedí pero no fui capaz de controlar la situación. Perdí el
control y llore. ¿Soy menos fuerte por eso? Yo creo que no. Poco a poco, sí, quizás
muy lentamente, vamos dando pequeños pasos que son muy importantes. Y aunque a
veces pierdo el control de las situaciones, no de todas, cada día voy
controlando mucho mejor.
Pero al final lo supere, lo logre y no hay nada mejor que sentirse feliz y orgullosa por un nuevo reto superado. Gracias Amo por ayudarme, en lo bueno y en lo malo. Muchas gracias.
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