Des de hace un tiempo me traslade a
vivir a otro pueblo por motivos de trabajo. Tomar la decisión no fue
fácil, pero ahora pasado un tiempo he llegado a la conclusión que
fue una de las mejores decisiones que he tomado, por varias razones,
pero las dos más importantes son: El trabajo y poder tener la
intimidad necesaria para poder satisfacer a mi Amo siempre que él
quiera y cuando quiera.
Vivir en otro pueblo, significa que
casi todos los fines de semana voy a casa de mi madre y eso es igual
a dos trayectos largos, uno de ida y otra de vuelta. Conducir me
gusta mucho, disfruto estando en el coche, pero cuando ya has hecho
el trayecto unas mil veces, por decir un numero, este se vuelve
aburrido y monótono. El paisaje es el mismo, solo cambia la música
y los coches que van a tu misma dirección. Por así decirlo, podría
realizar el trayecto con los ojos cerrados, pero por mi seguridad no
lo haré.
Dicho esto, nunca puede imaginar que
un trayecto largo y aburrido, se podría transformar en corto e
interesante. Este cambio lo produjo mi querido Amo, que a veces su
mente puede ser algo perversa y juguetona. Eso es algo que me
encanta porque nunca sé con que novedad me sorprenderá. Y espero y
deseo que nunca deje de poner en practica su imaginación.
Para poder entender bien la idea de
mi Amo, tengo que ir unos días atrás. En nuestro ultimo encuentro
lo fui a recoger con vestido y sin ropa interior, al llegar al coche
me pregunto:
- ¿Has visto Historia de o?
- Si, la he visto.
- Bien, pues quiero que te
sientas en el coche igual que ella se sienta en el bar. Levantate la
falda y siente el calor del asiento en tu culo.
Seguramente en su momento ya lo
comente en un post, pero escribir estas lineas, me hacen recordar lo
mal que lo pase en aquel momento, la falda queda unos centímetros
justo tapando el sexo y, sin poderlo controlar mis manos iban con la
intención de bajarla un poco, cuando hacia este movimiento mi Amo,
con voz severa decía: ¡Quieta! ¿Alguien te ha dicho que la
puedes bajar?
Toda la semana a su lado, tuve que
conducir así, los primeros días me sentía incomoda, con la
sensación que cualquier conductor o viandante podría verme. Pero
con el paso del tiempo esta incomodidad se convirtió en comodidad,
placer y distracción. Si, lo sé, una distracción muy placentera
pero a la vez un poco temeraria. Pero bueno... a mi me encanto y a mi
Amo también.
A raíz de esta nueva experiencia,
mi Amo impuso una nueva orden, cada vez que me fuera a casa de mi
madre y viajara sola en el coche, tenia que hacer lo mismo, ponerme
un vestido sin ropa interior debajo y sentarme directamente en el
asiento. Pero además, en cada parada larga y en cada semáforo tenia
que acariciarme.
Tengo que confesar que en cuanto me
lo dijo mi primer pensamiento fue un tanto negativo, si estando con
él me fue difícil hacerlo, sola no me lo podía imaginar. Pero como
buena sumisa que quiero ser, cada vez que voy a casa de mi madre hago
la tarea intentando no rechistar.
Así es como mis trayectos largos y
aburridos se han transformado en cortos, interesantes y divertidos.
Aunque a veces no son nada divertidos por dos motivos: o tengo la
mala suerte de encontrar todos los semáforos en verde y trafico
fluido, nunca imagine que diría eso. O las paradas no son lo
suficientemente largas para poder llegar al éxtasis, y tengo que
conformarme en sentir como el orgasmo va creciendo y no explota,
porque claro no he tenido tiempo. Cuando paso lo segundo es mucho más
frustrante que lo primero. Ya que si no me puede acariciar la
excitación no aumenta y por lo tanto no me quedo con las ganas. Pero
si me puedo acariciar la excitación aumenta y luchas para poder
llegar hasta el cielo, pero si no tienes tiempo suficiente, llegar a
casa sin haber llegado al orgasmo... es algo que me pone un poco de
mala leche. Así que tendré que ir practicando para poder ser más
rápida que los semáforos y poder llegar a casa satisfecha y feliz.