El tiempo va
pasando, cada vez más me siento más orgullosa de mi evolución como sumisa, ya
que eso significa que poco a poco voy llegando hasta mi objetivo, ser aquella
sumisa entregada a su Amo, para poder darle todo lo que me pida y lo que le
puedo ofrecer, que creo que es mucho más de lo que yo imaginaba. En todo el
tiempo que llevo en este camino, no mucho, si miro para atrás me siento feliz
de todos los retos que he superado y tabúes y miedos que he eliminado de mi
vida. Evidentemente aún nos queda trabajo para realizar, pero cuando dos hacen
un equipo los objetivos son mucho más fáciles de lograr. Con todo eso, el
listón de las tareas va subiendo. Y así debe ser para seguir avanzando y no
quedarnos dónde siempre. En este mundo se debe de seguir andando para poder
hacer nuestra mochila un poco más grande llena de objetivos cumplidos y para
cumplir. De ilusiones vividas, de sueños pero sobretodo de grandes
experiencias, ya sean buenas o malas. Ya que de todo se puede, y debe, aprender.
Dicho esto,
me gustaría contaros una de las últimas tareas realizadas. La verdad me gustó
mucho, la disfruté y me permito descubrir nuevas sensaciones, cada día se
descubren cosas y eso es la parte más maravillosa, no solo del BDSM, sino
también de la vida en general.
La tarea
consistía en realizar veinte azotes en cada lado del culo, es decir un total de
cuarenta, realizados en tandas de cinco, regulando la fuerza. Empezar fuerte y
con el permiso de bajar la fuerza si yo veía que no los iba a aguantar. Una vez
realizados los azotes acordados, eso es un decir, porque hay cosas que no se
acuerdan. Era el momento de los orgasmos, los podía hacer como a mi más me
gustaran, pero tenían que ser dos y lo mas largos posible.
La verdad es
que era una de las primeras veces que iba a realizar una tarea donde los azotes
fuesen los protagonistas con muchas ganas de auto superarme, y digo auto
superarme, porque aunque cuando estuve con mi Amo aguante un total de 50.
Haciéndolos yo sola, si no recuerdo mal, no había hecho tantos y este reto a
superar me encantaba, me ilusionaba y me hacia sentirme fuerte y segura. Aún
así tengo que confesar que la primera parte fue dolorosa, pero estoy segura que
ha sido una de las veces que mejor los he aguantado y que mejor he vivido la
experiencia. Aunque tengo que reconocer que es mejor no escribir lo que me
pasaba por la cabeza en algunos momentos. Eso es mejor guardarlo para mí.
Los diez
primeros azotes fueron soportables, pero los treinta restantes…fueron de
soportables a insoportables, pero si, los realicé y me sentí muy orgullosa de
mi misma por haberlo conseguido. La fuerza de los azotes, fue bastante intensa,
creo yo. Me resistí a bajarla, aunque los últimos, he de confesar que los
realicé con menos intensidad, no hubiera sido capaz de continuar.
La segunda
parte fue la mejor, al tumbarme en la cama sufrí un poco, ya que el roce del
culo con las sabanas me recordaba la sesión de azotes que acaba de vivir, no
era un dolor insoportable, era un dolor que aumentaba mi placer y me hacia
dibujar una sonrisa de felicidad. Si yo me sentí orgullosa sé que mi Amo
también. Como ya dije anteriormente, después de los azotes llegaba el momento
de entregarle a mi Amo, dos orgasmos intensos y largos. El primero llego de
seguida, a veces me gusta, pero muchas veces me enfado un poquito por no poder
seguir disfrutando del momento…estos son los momentos que debo de seguir
trabajando, para poder alargar los orgasmos y vivirlos y entregarlos con mas
intensidad. Pero aunque llegó de seguid, el momento de la explosión fue algo
difícil de expresar en palabras, son momentos que las reacciones del cuerpo
explican exactamente y de forma más clara lo que acaba de sentir y vivir. El
segundo se resistió…se alargaba y alargaba, las cosquillas subían, sentía como
luchaba para salir, estos son los que me gustan, los que puedes sentir
plenamente todo lo que esta viviendo el cuerpo en aquel momento mágico. Dicho
en una palabra: fantástico. Fueron los dos mejores orgasmos de mi vida, aquel
día entregué a mi Amo, todo lo que tenía a dentro para entregarle, y servirle
como se merece.
Definitivamente,
tengo más claro, que la mezcla de dolor con el placer de después es la receta
mágica, y si le añadimos la imaginación entonces ya es la bomba. En su día, fue
una tarde muy gratificante, una hora y pico dedicada a ti mi Amo, y a mi. Saber
que tendré la tranquilidad de hacer la tarea sin que aparezca nadie también
ayuda a disfrutarlas mucho más. Si al principio me asuste más de la cuenta,
porque cada vez que pensaba que tenia que azotarme cuarenta veces me paralizaba
un poco, pero hoy, pasado unos días y después de reflexionar y escribir lo que
viví, sé que aunque algunas veces haya tareas que no me gusten mucho, que
piense que no seré capaz de realizarlas, solo es cuestión de cambiar la
mentalidad, no pensar y dejarse llevar, es en este momento cuando el placer a
entregar y la entrega es absolutamente real y satisfactoria. Si una se siente
orgullosa de si misma. Lograr que su Amo también lo esté de ella. Así que una
vez más gracias por todo lo que me enseñas, y por ayudarme a ser feliz.
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