Cierto es que día tras día el
listón y el nivel van subiendo, y debe de ser así para poder crecer como Amo y
sumisa y como pareja. Generalmente hay una pequeña tarea diaria, y siempre le
sigue un mini blog, pero al no disponer de Internet cada día, no es posible
publicar más a menudo.
Referente a las pequeñas
tareas diarias, desde hace una semana aproximadamente, tengo la orden de
practicar la penetración anal cada vez que vaya a ducharme. En un primer
momento no me gusto la idea, ya que como ya debéis de saber, la penetración
anal no es algo que me guste mucho, aunque tengo que confesar que cada vez más
la voy disfrutando.
La tarea consiste en
penetrarme con los dedos, con el objetivo de que cuando introduzca los tres
dedos sea lo menos doloroso posible y los orgasmos sean cada vez más intensos. Una
vez realizada la tarea, tengo que auto valorarme, esta parte no me gusta mucho,
ya que soy muy exigente conmigo misma. Si la valoración es positiva tengo
premio, orgasmo vaginal, si la valoración es negativa no hay premio.
En lo que vamos de
experiencia, de momento siempre he salido muy satisfecha y por lo tanto me he premiado,
pero creo que he llegado al punto de que ya empezare a exigirme más, si eso es
posible. Aún así, estoy muy orgullosa de mi evolución, teniendo en cuenta que
lleva mucho tiempo sin jugar con el ano, ya soy capaz de introducir tres dedos
con el mínimo dolor y disfrutar de la experiencia, más que otras veces, aunque
tengo que confesar que hay dos detalles que no me gustan mucho. El después de
la penetración anal, es decir al pequeño dolor que queda y la sensación de
querer ir al baño. Y que algunas veces desprende malos olores.
Si, puede que sean dos
detalles sin importancia, pero para mi no, ya que eso hace que disfrute menos
de la experiencia porque estoy un poco tensa. Pero estoy segura que con el
tiempo, estos dos detalles pasaran a la historia y no harán que me sienta menos
orgullosa de mis logros en este terreno. Ya que si yo me siento orgullosa de mi
misma, creo que mi Amo también lo estará de mí. Y que él se sienta orgulloso
hace que yo pueda llegar a ser la sumisa que quiero ser, una sumisa entregada,
y dispuesta a darle todo el placer que quiera, y poder disponer del cuerpo que
le pertenece siempre que lo desee.
Aunque a veces me pregunto si serré
capaz de llegar, porque pienso que para llegar hasta este punto, tengo que
aceptar que no siempre todo sale bien y que no me puedo derrumbar frente un
pequeño trabajo, pero solucionar, o mejor dicho, cambiar este aspecto de mi,
creo que será más difícil. Algún día, puede que las frustraciones y las
pequeñas reprimendas dejen de afectarme tanto, pero si llega ese día es que he
dejado de ser persona.
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