Despertarme y salir de la cama
cada mañana no es tarea fácil. Aunque tengo una muy bonita forma de empezar el
día. Tus mensajes me hacen empezar con mucha energía y una fantástica sonrisa
en la cara. Aunque sé que cada día llegarán, los espero con ansias y hasta que
no deja de sonar el móvil, no me doy la vuelta para abrir los ojos y leerlos. Este,
sin ninguna duda, es uno de los mejores momentos del día.
Pero hubo dos mañanas que
empezar el día fue un poco duro, pero fueron muy placenteras. Solo tenia dos
consignas a seguir: Primero azotarme el culo de buena mañana antes de ir a
trabajar, y segundo, poner el culo del color favorito de mi Amo, es decir rojo.
No había número determinado de
azotes ni manera de realizarlos, esto estaba a mi elección. Solo era necesario
saber que a partir del número de azotes que yo llegara seria el marcado para
superar. La verdad es que tenía la pelota en mi terrenos, pero no estaba
dispuesta a realizar lo mínimo, primero porque seria engañar a mi Amo y segundo,
porque yo soy muy de ir al máximo y ponerme bastante al limite.
La primera mañana, empezar fue
duro y difícil, debemos de recordar que los azotes no son mi devoción y por eso
no me es tarea fácil. Pero una relajada y dispuesta, empecé a dar color al culo
que te pertenece. Fueron un total de cuarenta azotes, increíble ni yo mismo me
lo creo. Cuarenta azotes por voluntad propia. No pensé que podría llegar tan
lejos. Pero lo mejor fue, que puede con todos, y que cada uno enviaba al cuerpo
una señal de placer. Aquello ya no era solo dolor, por fin, el dolor se convertía
en placer. Llegar a este punto no ha sido tarea fácil, ya que por mucho que me
azotará no lograba romper la barrera del dolor. Y hoy, por fin, puedo decir en
voz muy alta, que los azotes son placenteros y muy excitantes. Quién lo hubiera
dicho. ¿Yo, llegando a decir que los azotes me gustan? Pues así es, y me siento
realmente feliz. Sentirme así me anima a seguir, con solo con los azotes sino
con todos los retos que me plantee mi Amo. Si, quiero sentirlos más y poder
superarme con la cantidad de azotes, pero no con la intensidad. Para eso, aún
no me siento preparada.
Pero bueno, la primera mañana
fueron cuarenta, deliciosos azotes que me llenaban de placer y orgullo para entregárselo
a mi Amo. No solo entregarle el placer sino también pasear el culo en el color
que le gusta. Dicho de otra forma, empecé el día un tanto duro pero muy
placentero a la vez.
Para la segunda mañana, debía
de lograr superar el número de azotes del día anterior. Y este seria el número
clave para los próximos azotes. Soy muy testadura, y me gusta intentar superar
por mi misma los propios retos. Así que con paciencia, ganas, mucho placer y
entrega, empecé a azotarme con la pala, uno detrás de otro, sin prisa pero sin
pausa y contando en voz. Me azote hasta que no puede más, hasta que el culo ya
empezaba a picar de dolor y ya no sentía ningún tipo de placer, de esta forma
llegué a los cincuenta y seis azotes. Si, claro, hubiera podido seguir y
redondear la cantidad hasta sesenta, pero no pude y decidí parar. Esto tampoco
es fácil, soy de armas tomar y no me gusta rendirme, pero con el tiempo he
aprendido que es mejor parar cuando una se siente satisfecha, que no seguir y frustrarse,
eso es lo peor. Y eso hice, fui lista y pare.
En resumen, durante dos
mañanas empecé con mucho placer y felicidad. Una felicidad que solo mi Amo y yo
podíamos entender, y ahora todos vosotros y vosotras con quién lo he
compartido. Fueron dos días mágicos que con cada pequeño roce, tenía el
privilegio de recordar quien soy y lo que acababa de vivir y sentir junto a ti.
¿Se puede pedir más?
No hi ha com uns bons assots matiners!
ResponEliminaLlarga vida a aquest blog!!
moltes gràcies amigospanko per seguir el meu blog
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