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Eragon y Arya. Amo y sumisa respectivamente hace
mucho que no se ven en persona. Son pareja D/s en la distancia pero aprovechan
cualquier ocasión para verse. Hoy después de cuatro meses por fin vuelven estar
juntos y el deseo de tocarla y el de entregarse de ella es tan fuerte que no se
dan ni tiempo para deshacer las maletas.
El viaje en avión ha sido duro, estar uno al lado
del otro sin tocarse no hacía más que aumentar el placer y el deseo…se
necesitan. Ella entregarse y Él disfrutar y gozar del cuerpo que le pertenece.
Ya en la habitación, cálida, grande y solo
ambientada con la tenue luz del sol que se va poniendo. Con su suave y severa
voz le da la primera orden:
- - Mi perrita quítate la ropa. Quiero
gozar de las lindas vistas.
- - Si mi Amo, como desees.
Sentado en la cama, mirándola fijamente. Ella de
pie en medio de la habitación empieza a desabrocharse la camisa lenta y
sensualmente.
- - No mi putita. ¡Más rápido! Necesito
verte ya.
Ella le obedece como es debido y sin perder el
tiempo se despoja de la ropa. No sabe qué hacer ni que decir. Ya desnuda, espera
con la mirada baja, los segundos pasan, Eragon no hace, ni dice nada. Arya nota
como va creciendo su excitación, necesita que la toque, que la posea…pero no
hace nada. Solo se oye la respiración calmada de su Amo. De repente oye cómo se
levanta y piensa “bien ahora podré sentir sus manos”. Pero no es así, Eragon
solo pasea a su alrededor, mirándola y observándola. Notando como ella se va
poniendo nerviosa y deseosa de sentirlo.
Eragon sabe que él también lo desea pero, debe mantenerse
firme y aserenarse un poco. Pasado quince minutos, que han parecido una
eternidad. Su Amo le ordena:
- Túmbate en la cama mi perrita. Voy
azotar este lindo cuerpo que me pertenece.
Ella obediente hace lo que le ha ordenado. Se
siente húmeda y con un gran deseo. No puede más. O la toca o se morirá allí
mismo.
Suavemente, empiezan los azotes por todo su cuerpo. Sabe que es un calentamiento y que estos no los debe contar en voz alta. Pero ella lo hace en su interior. Siente como le azota todo el cuerpo: pechos, barriga y sexo.
Sin saber cómo le ha dado la vuelta. Siente como su Amo se aleja, ha ido a buscar algo. Ella quiere mirar pero sabe que no lo debe hacer y resiste. De repente...Zas! Fuerte en el culo.
- ¡uno! ¡Dos!
Y así hasta un total de 60 azotes. Se siente con el culo ardiendo y muy mojada, si continua, con solo tocarla se correrá.
Su Amo empieza a tocarla suavemente, calmando la zona con suaves besos y caricias. Ella se va relajando. Pero sabe que no se ha terminado y desea más. Durante los primeros azotes ha gozado, ha chillado de placer y de dolor.
- ¿Quien eres?
- Soy tu puta mi Amo. La más guarra de todas.
- Axial me gusta. Vamos a seguir perrita. ¿Preparada?
- Si mi Amo. Lo estoy.
- No te olvides de contar. Vamos a probar algo nuevo. Serán 10, pero si no puedes ya sabes lo que debes de hacer
- Si lo sé. Decir la palabra de seguridad.
- Muy bien.
Y llego el primer latigazo con el cinturón. Ella no lo pudo resistir y de sus entrañas salio un grito de dolor. Pero le gustaba y quería más.
- ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro!
Sentía que no podía más. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Solo quedaban seis. No se veía capaz de resistir... ¡zas!
- ¡Cinco!
- ¿Puedes aguantar mi perrita?
- No pares mi Amo por favor.- ¡zas! - ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez!
No podía ms e iba a llorar, pero la voz y las caricias suaves de su Amo la calmaron.
- Muy bien mi perrita. Eres una campeona.
- Gracias mi Amo.
Entonces, la giro con suavidad calmando y mimando la piel de aquel cuerpo que tanto anhelaba y deseba. Suavemente le ato las manos por encima de su cabeza. Sabia que ella lo quería acariciar y sabia que no hacerlo aumentaría su placer. Empezó a lamer todo el cuerpo, dedicándole tiempo a los pezones y al sexo. Su perrita estaba muy caliente y no aguantaría mucho...ese era el objetivo pero él deseaba más. Arya sentía como crecía la erección de su Amo, sentía como el placer que le iba a entregar crecía y no aguantaría mucho más. Era una bomba a punto de estallar. Y más si seguía jugando así con el clítoris. Deseaba tocarlo y besarlo pero no podía, estaba atada.
- Abre la boca mi puta. Vas a limpiarme hasta estallar.
- Será un placer mi Amo.
Arya empezó a dar placer a su Amo, chupándole su miembro erecto, notando como crecía dentro de ella y solo deseaba que la llenara, que la tomara. Cuando su Amo noto que iba a explotar retiro la polla de su boca y ella lo masturbo hasta que exploto encima del cuerpo. En este momento su Amo empezó a acariciarla con fuerza haciendo que los dos llegaran en la cima juntos. Parecían dos volcanes entrando en erupción.
- Gracias mi Amo. Te entrego todo mi placer.
- Gracias a ti mi perrita. Has sido muy valiente. Te quiero
- Te quiero.
Se abrazaron y juntos se quedaron dormidos para recuperar sus fuerzas. Había sido una sesión intensa y ella había quedado exhausta. Necesitaba recuperarse. Aquello no había hecho más que empezar. En el fondo de su corazón estaba segura que aquellos días juntos serian inolvídales, llenos de grandes momentos, de sesiones intensas. Arya estaba dispuesta a darle todo, a entregarse a Eragon sin ninguna duda.
Suavemente, empiezan los azotes por todo su cuerpo. Sabe que es un calentamiento y que estos no los debe contar en voz alta. Pero ella lo hace en su interior. Siente como le azota todo el cuerpo: pechos, barriga y sexo.
Sin saber cómo le ha dado la vuelta. Siente como su Amo se aleja, ha ido a buscar algo. Ella quiere mirar pero sabe que no lo debe hacer y resiste. De repente...Zas! Fuerte en el culo.
- ¡uno! ¡Dos!
Y así hasta un total de 60 azotes. Se siente con el culo ardiendo y muy mojada, si continua, con solo tocarla se correrá.
Su Amo empieza a tocarla suavemente, calmando la zona con suaves besos y caricias. Ella se va relajando. Pero sabe que no se ha terminado y desea más. Durante los primeros azotes ha gozado, ha chillado de placer y de dolor.
- ¿Quien eres?
- Soy tu puta mi Amo. La más guarra de todas.
- Axial me gusta. Vamos a seguir perrita. ¿Preparada?
- Si mi Amo. Lo estoy.
- No te olvides de contar. Vamos a probar algo nuevo. Serán 10, pero si no puedes ya sabes lo que debes de hacer
- Si lo sé. Decir la palabra de seguridad.
- Muy bien.
Y llego el primer latigazo con el cinturón. Ella no lo pudo resistir y de sus entrañas salio un grito de dolor. Pero le gustaba y quería más.
- ¡Uno! ¡Dos! ¡Tres! ¡Cuatro!
Sentía que no podía más. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Solo quedaban seis. No se veía capaz de resistir... ¡zas!
- ¡Cinco!
- ¿Puedes aguantar mi perrita?
- No pares mi Amo por favor.- ¡zas! - ¡Seis! ¡Siete! ¡Ocho! ¡Nueve! ¡Diez!
No podía ms e iba a llorar, pero la voz y las caricias suaves de su Amo la calmaron.
- Muy bien mi perrita. Eres una campeona.
- Gracias mi Amo.
Entonces, la giro con suavidad calmando y mimando la piel de aquel cuerpo que tanto anhelaba y deseba. Suavemente le ato las manos por encima de su cabeza. Sabia que ella lo quería acariciar y sabia que no hacerlo aumentaría su placer. Empezó a lamer todo el cuerpo, dedicándole tiempo a los pezones y al sexo. Su perrita estaba muy caliente y no aguantaría mucho...ese era el objetivo pero él deseaba más. Arya sentía como crecía la erección de su Amo, sentía como el placer que le iba a entregar crecía y no aguantaría mucho más. Era una bomba a punto de estallar. Y más si seguía jugando así con el clítoris. Deseaba tocarlo y besarlo pero no podía, estaba atada.
- Abre la boca mi puta. Vas a limpiarme hasta estallar.
- Será un placer mi Amo.
Arya empezó a dar placer a su Amo, chupándole su miembro erecto, notando como crecía dentro de ella y solo deseaba que la llenara, que la tomara. Cuando su Amo noto que iba a explotar retiro la polla de su boca y ella lo masturbo hasta que exploto encima del cuerpo. En este momento su Amo empezó a acariciarla con fuerza haciendo que los dos llegaran en la cima juntos. Parecían dos volcanes entrando en erupción.
- Gracias mi Amo. Te entrego todo mi placer.
- Gracias a ti mi perrita. Has sido muy valiente. Te quiero
- Te quiero.
Se abrazaron y juntos se quedaron dormidos para recuperar sus fuerzas. Había sido una sesión intensa y ella había quedado exhausta. Necesitaba recuperarse. Aquello no había hecho más que empezar. En el fondo de su corazón estaba segura que aquellos días juntos serian inolvídales, llenos de grandes momentos, de sesiones intensas. Arya estaba dispuesta a darle todo, a entregarse a Eragon sin ninguna duda.
No dejaba de pensar en cómo seria la próxima sesión
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