Desde que me decidí aceptar mi
verdad, ahora hace diez meses, no para de rondar por mi cabeza a quién de mi
entorno se lo podría contar. Tendría que ser alguien capaz de comprenderlo y
aceptar mi realidad, y digo comprender porque no tienen por que aceptarlo pero
si respetarlo. Soy una persona con plenas capacidades mentales que ha escogido
su realidad y entregarse libremente a su Amo.
Cuando hablo con la gente de
mi entorno de ti, mi Amo, como mi amigo, mi compañero y confidente, siempre
imagino si le podría contar que también eres mi Amo. Y de todas ellas hay dos
que puede que lo comprendieran y lo respetaran. Aún así no estoy muy segura de
ello y por eso no he dado el paso.
¿Cómo le dices a alguien que
eres sumisa voluntariamente? ¿Qué no hay más placer para ti que entregar tu
cuerpo para que él lo use cuando quiera y a su antojo? ¿Qué el placer se
obtiene a través del dolor? y ¿Que si se realiza algo inadecuado habrá un
castigo para darte cuenta de tu error?
Estas son algunas de las
preguntas que se me pasan por la cabeza, pero seguro que habría mil a
responder. Algunas más de curiosidad que de interés, otras para poder
comprender lo que se vive y lo que se siente, pero… ¿realmente hay alguien que
sea capaz de entenderlo y comprenderlo sin formar parte de este mundo?
Cuantas veces he imaginado que
se lo contaba a alguien. Imaginar como empezaría y que diría: tengo que contarte una cosa. Tienes que
saber que soy sumisa voluntariamente. Me di cuenta que es lo que me llena y me
hace sentir libre,… todo una mezcla de cosas en mi cabeza sin poder
ordenarlo del todo. Pero si algún día me decidiera a contarlo creo que explicaría
lo siguiente:
Des de siempre en mis fantasías he imaginado que me usaban a su antojo, que
me ataban y que a través de pequeñas pruebas de dolor y resistencia hacían que
me excitara para luego usarme. Siempre pensé que eso era raro, que debía de
guardarlo para mí y nunca dejarlo salir hasta que me tope con unos libros que
hablaban del BDSM, aquello era lo que yo imaginaba en mi intimidad y abrió mi
curiosidad. Provoco que buscara en Internet y diera con varias páginas y varios
blogs. Empecé a leer, a informarme y por fin pude identificarme, yo me sentía
sumisa. ¿Pero estaba preparada para abrir una puerta más a mi vida y afrontarme
a mi realidad? Pasaron los días, y al final me decidí, me registre en una
pagina y empecé un blog. Así es, soy sumisa. Buscaba un Amo que me mirar y me
viese, que quisiera que yo se lo entregara todo, que me respetara y que me
enseñara a crecer, a valorarme y sobretodo a llegar a ser lo que él deseaba que
fuera. A través de de tareas, pruebas de resistencia, del dolor en busca del
placer, he descubierto que por fin tengo lo que siempre he deseado. Si, lo se,
puede asustar las palabras sumisa y dolor. Pero soy sumisa por voluntad propia,
mi Amo respeta mis límites, mis miedos y no me hace hacer nada que yo no
quiera. Siempre que experimentamos los hacemos juntos, y nuestros juegos son
consensuados, todo lo que hago, lo hago libremente y sin ningún tipo de presión
ni bajo ninguna obligación. Lo hago porque yo quiero y nadie me ha obligado. Si,
hay dolor, pero es un dolor en busca de obtener placer, no es dolor de tortura
ni de dañar físicamente. Es un dolor controlado y con el objetivo de alcanzar
el placer, de sensibilizar zonas estratégicas para cuando son tocadas o usadas
aumente mas el placer, y las sensaciones sean más intensas. Una simple caricias
en una zona donde previamente ha habido unas pinzas presionando, se convierte
en una caricia que hace explotar de placer, no solo relaja la zona sino que
provoca en ti un cosquilleo interior que se va convirtiendo en un maravilloso
orgasmo a entregar a tu Amo.
¿Por qué no busco un novio típico? Sencilla respuesta porque no me da lo
que necesito. Mis experiencias con parejas típicas, socialmente aceptables, me
daban poco, no me llenaban. Con mi Amo, me siento completa y llena. Doy lo que
realmente quiero entregar, mi placer, y tengo lo que realmente buscaba. Alguien
que me haga crecer en mi interior y me de lo que andaba buscando. No, no es una
persona machista, no me prohíbe pensar, porque yo le entrego mi cuerpo, pero mi
mente es mía. Respeta mi espacio y mi vida social. Respeta mi personalidad, mi
forma de vestir y mi manera de hacer y ser. No me hace cambiar. Si, es verdad,
que me ordena tareas difíciles para mi, cosas que en un primer instante dan un
poco de miedo, pero es el miedo típico a lo desconocido. Para mi era
desconocido todo lo que se puede sentir jugando con la cera, con los azotes,
con dormir casi sin ropa, con la pinzas,…son agradables sensaciones de dolor
que aumentan la sensibilidad de mi cuerpo, la excitación del momento. Nunca imagine
llegar a controlar un orgasmo y dejarlo salir con el permiso de mi Amo. Y tengo
que decir, que controlarlo no ha sido fácil, sentir como quiere salir, como va
aumentando pero no tienes el permiso. Pero cuando este llega y por fin el
orgasmo puede salir es algo impresionante. Todo eso no ha sido fácil, como todo
hay logros y hay fracasos, pero aprendes que si hoy no sale bien, mañana es
posible que si. Aprendes a no rendirte, a ser fuerte y a sentirte segura de ti
misma. Porque si eres capaz de aguantar pinzas en los pechos, eres capaz de
todo en tu día a día.
Aun me queda mucho por aprender, debo de seguir controlando mi lengua, a
veces esa me pierde. Pero estoy orgullosa de ser sumisa, de lograr retos que
nunca imagine que lograría, de sentirme completa y libre. Porque tengo a mi
lado, alguien que busca el placer mutuo, que me cuida y se preocupa por mi. De acuerdo,
puede que sea difícil de entender, pero yo lo que te pido es que lo comprendas
y lo respetes. Y si algún día quieres preguntarme algo, hazlo. Pero sobretodo
no me juzgues. Recuerda que ante todo, soy persona y mi sumisión no influye en
nada, sigo siendo yo. Pero en mi intimidad soy la sumisa de mi Amo, que se
entrega a él voluntariamente para que pueda gozar con mi cuerpo a su antojo.
Seguro que
me dejaría de contar muchas cosas, pero creo que cuando se le cuenta tu
realidad a una persona que no forma parte de este mundo, que no lo conoce y que
puede que piense que estamos locos, la información se le debe de dar despacio. No
todo de golpe. Aunque ahora me pregunto… ¿algún día seré capaz de confesarme a alguien
de mi entorno?