Como ya os dije, estos días de
vacaciones intentaré poneros al día de todo lo que ha ocurrido durante mi
ausencia en el blog.
Una de las tareas que hubo
durante este periodo fue de cera. Aunque son pocas las sesiones que realizamos,
cuando lo hacemos son muy intensas. Para mí es una de las tareas más duras y,
quizás, mas dolorosa en según que zona, pero la disfruto tanto. Me gusta tanto
sentir el contacto de la cera caliente en las distintas zonas del cuerpo, frías
por el aire. El contraste activa mucho más las terminaciones nerviosas que
recorren el cuerpo y la suma de todos estos factores es…increíble.
En esta sesión tenia que jugar
con la cera en los pechos y en el sexo. Os puedo asegurar que esta fue
especialmente dura. Sobretodo la parte de cubrir el clítoris. La disfrutamos muchísimo.
Sabía que la parte más dura
seria cubrir el sexo, por eso decidí ir alternando, de esta manera mezclaría
con el placer y el dolor. Placer de cubrir las tetas, dolor del sexo.
Las primeras gotas siguen siendo las más dolorosas
pero a la vez las más placenteras. Cada gota de cera es una punzada de placer. De
dedique un buen rato con la primera teta, rodeada de buena música goce. A la
vez que subía la temperatura, no solo del cuerpo, sino también del ambiente,
subía la tensión de dirigir la vela a la zona más sensible del cuerpo que tengo
el placer de lucir. Estaba húmeda, excitada y con el clítoris bien
descapuchado, esta parte le encanta a mi Amo, y por que negarlo a mí también. Pero empecé suave, para ir adaptando el cuerpo
a la nueva sensación que estaba a punto de vivir.
Así que dirigí las primeras
gotas en la parte superior del sexo y en los labios. Por dios, no sé que dolió
más, si las gotas o el mordisco de lengua para no gritar. Aunque, estoy
convencida que mi cara lo decía todo. Aquello empezó siendo una tortura y
termino siendo una gozada. Dolor, placer, dolor y dolor. Calor. Quemaba, pero
no quería parar, quería más. Pero es que si no paraba no seria capaz de
continuar, así que cuando estuve a mi límite de dolor, pare. Apague la vela,
dedique unos minutos de mimos en la zona y aproveche para relajarme, aquello no
había terminado. Quería más. Decidí darle un respiro dedicándome a cubrir y a
gozar con la otra teta. OH! Que bien. Paz, tranquilidad, placer, mucho placer. El
cuerpo se iba relajando, notaba como el clítoris y los labios superiores del
sexo luchaban para poder escapar de la zona cubierta de cera, no sé como
definirlo. Era una lucha entre la liberación y el encarcelamiento. Me tensaba,
me relajaba. Me movía, sentía como iba creciendo una punzada de excitación en
mi interior. Estaba dispuesta a llegar hasta el final, no pararía hasta sentir,
por pequeño que fuera un orgasmo.
Ya tenía las tetas bien
cubiertas, y el coño había logrado liberarse de la prisión de cera, estaba
mucho más sensible y sabía que aquello dolería mucho más, pero lo quería probar
y me arriesgue. ¿Fui tonta? Puede que sí, mi Amo ya me lo digo o los labios o
el clítoris, pero todo no. Pero yo lo quería todo. ¿Avaricia? Puede que un poco
mucho. Pero elegí, aquellas pocas gotas que cayeron directamente sobre el clítoris,
fueron odiosas. Fea la palabra, pero así lo sentí. Aunque a la vez abrieron la
puerta del placer. Grite, y bastante. Llore, un poco. Pero me estremecí de
placer, y salió de mi interior una pequeña explosión que la viví muy
intensamente.
Fue una sesión muy dura, y en
gran parte fue culpa mía, yo la modifique, yo elegí un poco mal, pero quería ir
más allá. Creo que no me salió del todo mal, lo disfrute y descubrir que mi
lindar de dolor esta más alto de lo que imagine. Eso sí, después me vino el bajón,
aquel bajón que no se controlar, donde el cuerpo se va relajando y lloro sin
control. Donde mi pie derecho empieza a moverse sin control. Aquel momento en
que necesito un fuerte abrazo de mi Amo, para sentir su calor, sus susurros y
sobretodo su orgullo y felicidad hacia a mi. En definitiva, viví el momento xof. El momento de conexión
entre los dos mundos. El momento de volver a ser yo, para seguir viviendo y
disfrutando de todo momento. ¿Duro? Sí. ¿Intenso? También. ¿Felicidad? Mucha. ¿Orgullosa
de mi misma y más segura? Así es. Porque todas estas experiencias, tareas y
sesiones, me sirven para ser más fuerte, para quererme más, pero sobretodo para
confiar más conmigo misma y darme cuenta de que si quiero, puedo.
Dos mundos separados por la
sociedad pero muy unidos en ti, Amo, y en mi.
Una vez más gracias, por
llevarme hasta el infinito y más allá.
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