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dimarts, 29 de juliol del 2014

CONTROL DE ORGASMOS

Comenzó como un juego, una conversación entre tu, Amo, y yo. La explicación de una conversación con otro Amo, que habías tenido sobre mí. A partir de esa conversación, llegaste la conclusión que teníamos que trabajar el control de orgasmos y apareció la tarea, una tarea que estoy llevando acabo des de hace cuatro semanas. Una tarea no muy difícil pero si complicada de llevar a cabo. La tarea consiste en cuatro sesiones de caricias, con el comodín de poder explotar solo en una, yo decido en cual. Por iniciativa propia decidí que seria siempre la ultima, a no ser que me fuera muy difícil resistir.

Comenzó como una conversación venal, pero cuando paso a realidad mi mente empezó a dar vueltas: será muy duro, no seré capaz, no podré con ello, espero que solo sea unos días,…

No me veía capaz de aguantar. No me veía capaz de gestionar el tiempo para hacer las cuatro sesiones. En un primer momento no me gusto mucho la idea, pero por otro lado me encantaba. Una vez más aparecía la sumisa contradictoria, si pero no.

La primera semana fue especialmente dura, las sesiones de caricias eran cada día, no era fácil ni encontrar los momentos ni resistir. El primer día estaba de un humor de perros, no lo estaba gestionando bien. El segundo el mal humor solo duro medio dia, poco a poco, fui gestionando la situación, aunque cada vez que frenaba el fantástico orgasmo que crecía, pensaba: joder, no quiero parar. Pero sabia que debía hacerlo, así que me mordía la lengua y…zas! Un fuerte azote para frenarlo.
Con el paso de los días, ya solo perdía el control en la tercera sesión, era en esta en la que muchas veces pensaba en usar el comodín, en tirar la toalla, el cuerpo pedía liberarse pero no tenia tu permiso.  Tenia que batallar entre el deseo y el permiso. Aquello era un tormento, una lucha contra el bien y el mal.
Por fin llego el final de semana, por un lado deseaba terminar de un vez por todas, aquello era una tortura, me dolía todo el cuerpo, el sexo, pero sobretodo el clítoris, necesitaba un descanso, no solo él, yo también. A medida que iban pasando los días, ya lo sobrellevaba mucho mejor, estaba muy contenta conmigo misma, los pensamientos ya no eran tan negativos hacia ti, sino de satisfacción y orgullo por ser capaz de aguantar y felicidad por ser capaz de controlar el cuerpo. Ya no me enfadaba, simplemente sonreía y pensaba la próxima vez será. Aún así deseaba y necesitaba un poco de calma.

 Pero llegó otro mensaje, en aquel instante maldije el inventor de los mensajes. Estaba contento de mis progresos, pero la tarea seguiría unos cuantos días más. Por dios… ¿otra semana más? ¿Cuatro sesiones, cada día? Imposible, el cuerpo no era capaz de resistir. Pero antes que te lo pudiera comunicar, llegó otro mensaje, esta vez, agradecí al inventor. Esta segunda semana, no seria cada día, sino que alternaríamos, un día sí y otro no. Bien, pensé. Podría descansar un poco.
Los dos primero días fueron geniales, el tercero también, pero el cuarto… ¡Ay! El cuarto, el deseo de acariciarme y liberar el cuerpo era mucho. Necesitaba tocarme, liberarme y entregarle a mi Amo aquel placer que estaba en mi interior luchando para salir. Era una bomba de placer andante, el deseo de descansar se giraba en mi contra.
Aquella segunda semana, sobrellevaba mucho mejor el no correrme cuando estaba a punto y deseosa, era una felicidad y un orgullo para mí ser capaz de aguantar, sin poner ninguna mala cara y sin pensar nada malo, simplemente sonreír de felicidad y esperar a que llegar el momento adecuado. Pero aquello era otra historia, desear y no poder. Pero como todo lo iría gestionando. Y con paciencia y con mucho mejor humor, lo fui gestionando hasta final de semana.
Ahora no penséis, que cada día me acarició y llego hasta al clímax, pero si que tengo una gran fabrica de placer en mi interior y cuando se enciende durante un largo periodo de tiempo la producción de orgasmos y de placer va en aumento. Soy capaz de estar algunos días sin acariciarme y sin correrme, pero alternar un día sí y un día no, fue mucho más difícil de lo que pensé, en un primer momento. Pero entre una cosa y la otra, llegó el final de semana, y sin darme cuenta había sido capaz de gestionar el control de orgasmos, el control de pensamientos malos, la aceptación de la negación del orgasmo y sobrevivir entre sesión de placer y día sin nada.
Aquello iba muy bien, y deseaba seguir mejorando. ¿Qué ocurriría? La incógnita se resolvió rápidamente. Era fin de semana, a punto de llegar al a tercera semana de julio, y volvió aparecer la sumisa contradictoria, deseando por un lado finalizar la tarea, y por otro seguir. ¿Que decidiría mi Amo? Fuese lo que fuese, seria adecuado y lo aceptaría como una buena sumisa, que soy, o al menos intento serlo.
Esta tercera semana, serian dos días sin tocarme y el tercero con cuatro sesiones de caricias. La tónica era la de siempre, pero esta vez solo dos veces durante al semana. Mi reacción me sorprendió a mi misma, al leer el mensaje, no se cruzó ningún pensamiento negativo, no maldije a nadie, solo acepte la orden y la tarea con orgullo y con la seguridad que seria capaz de realizarlo sin ningún problema. Y así fue, una semana con dos sesiones, pero dos sesiones muy intensas, llegando siempre al limite, como las anteriores semanas, pero esta vez más, buscando hasta donde soy capaz de resistir, sintiendo mi Amo más cerca, conmigo, a mi lado. 

Esta semana, aún seguimos, pero una vez cada tres días. Estoy tranquila, deseando que llegue el día en que me volveré a entregar a mi Amo, disfrutando de la tarea y del momento. Con aceptación, orgullo y felicidad, porque con paciencia y sin prisa todo se consigue.

Y no os negare, que aunque han sido necesarias, de momento, tres semanas, o cuatro, porque ya estamos en la cuarta, y lo llevo mucho mejor que el primer día, tengo miedo. Miedo a no hacerlo bien el día que este en vivo y en directo con mi Amo, con mi pareja, contigo. Sé que me ayudaras, sé que lo daré todo para hacerlo bien, pero el deseo, el placer, cuando estoy contigo se multiplica por cien. Y aunque tú tienes el poder de activarme y pararme, con una sola palabra o una sola caricia, tengo el miedo de, al menos, el primer día, no poder controlar el deseo. Sé que si eso ocurre, seré castigada, y como una sumisa que soy, aceptare el castigo con orgullo. Pero luchare con todas mis fuerzas para que este no llegue.
Si, sí, lo sé. Me estoy avanzado a los acontecimientos, aún no ha llegado el momento y ya pienso en si sale mal. Pero al igual que tengo este miedo, también tengo la seguridad de que cuando llegué el día, seré capaz de controlar y obedecer sin rechistar tus ordenes.
Así que una vez más…gracias por querer domarme, gracias por querer estar a mi lado…simplemente gracias… Te…

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